Antes de la industrialización, en EE. UU. las personas solían hacer dos comidas al día que les aportaban la energía necesaria para trabajar en el campo y al aire libre.
Hoy en día, las comidas se articulan alrededor del trabajo o la escuela. En otras palabras, no existen datos científicos reales que respalden esta costumbre de comer tres veces al día.
Hoy en día, la mayoría seguimos un estilo de vida más sedentario que el de nuestros antepasados, algo que influye en nuestra forma de comer.
Hay ciertos hábitos alimenticios, como el ayuno intermitente, que ponen este estándar tradicional contra las cuerdas.
El número de comidas que hacemos al día no es necesariamente crucial, ya que cada persona es única y sus necesidades también.
A lo largo de los años, los estudios han demostrado que hacer varias comidas al día es beneficioso. Sin embargo, hay otras investigaciones que apuntan a que este hábito también tiene un lado negativo. Asimismo, existen estudios que ponen de relieve los pros y contras de hacer comidas copiosas pero infrecuentes.
Al final es todo una cuestión numérica. El cuerpo humano necesita 2000 calorías diarias que obviamente debe consumir mientras esté despierto. Por lo tanto, hacer tres comidas al día tiene sentido si se quiere fomentar la obtención adecuada y constante de energía.
Algunos expertos dicen que hacer solo una comida por día es lo ideal, ya que aporta ciertos beneficios fisiológicos.
Sin embargo, la constancia es más importante que el número de comidas. Si te saltas alguna o esperas todo el día a comer, puede que experimentes síntomas indeseados como un aumento de la tensión arterial o un subidón (o bajón) de azúcar.
Puede que necesites reevaluar tu horario de comidas y tu relación con la comida en general si tienes cambios de humor bruscos, te enfadas si no comes, siempre tienes hambre o te das atracones.
Es importante que seas amable contigo mismo y que recuerdes que cocinar tres platos al día requiere un esfuerzo tanto físico como mental, así como tiempo y dinero. Prepararlas con antelación y cumplir con las expectativas dietéticas puede ser un estrés añadido.
La sociedad nos presiona mucho para comer "bien" y en las cantidades "adecuadas", así como para cocinarlo todo por nuestra cuenta y usar ingredientes frescos e integrales.
Un consejo para lograr hacer tres comidas al día es aceptar que tener problemas para cocinar todos los días no significa que seas un fracaso.
Cuando el cuerpo siente que no va a tener comida de calidad disponible, puede entrar en estrés agudo. Puedes contrarrestar esta respuesta biológica siguiendo un horario de comidas regular y constante para que tu organismo vuelva a confiar y a regular el apetito.
Comer siempre a la misma hora en vez de saltarte comidas puede ayudarte a disfrutar más del día a día, ya que así obtendrás energía de forma constante y pasarás menos tiempo distraído y enfadado por tener hambre.
Hazlo lo mejor que puedas. Obsesionarse con comer "bien", "a la hora adecuada" y por las razones "correctas" puede ser agotador y desmotivador. En lugar de hacer eso, sé realista y toma las decisiones más saludables para ti.
No obstante, aunque tomes las decisiones más saludables e inteligentes para ti, recuerda que en algunos sitios y sociedades comprar alimentos sanos y nutritivos no es tan fácil ni accesible como en otros.
Si comer tres veces al día te funciona y has logrado crear una rutina estable y constante, puedes centrarte en las señales que te envía tu cuerpo (p. ej. si tiene hambre o está lleno) para mantener el horario de comidas que más te convenga.
Un dietista puede orientarte en tu empresa de comer mejor. Aun así, recuerda que los hábitos, los horarios y los alimentos adecuados varían de una persona a otra.
Es hora de estar más en sintonía contigo mismo. Pregúntate cómo te sientes si comes tres veces al día en comparación con cuando no lo haces.
Es importante que analices si las comidas principales te aportan la energía suficiente o si necesitas tentempiés para no desfallecer entre una y otra.
Pregúntate si notas cambios en tu concentración, niveles de energía, estado de ánimo, etc. cuando pasas mucho tiempo sin tomar un tentempié o sin hacer una comida en condiciones.
¿Prestas atención a las señales que tu cuerpo te envía cuando tiene hambre o está lleno?
¿Hay algún patrón de apetito que destaque? ¿Suele ser estable o tienes más hambre en ciertos momentos del día?
Los ritmos circadianos regulan nuestra conducta alimenticia. Influyen en el hambre, la digestión y el metabolismo, por no hablar de que están en sintonía con el reloj interno del organismo. También ayudan a optimizar la absorción y el uso de energía.
Los estudios demuestran que consumir más calorías por la mañana es más beneficioso para la salud que hacerlo por la noche.
Como los cambios y exigencias laborales y vitales varían con el tiempo, quién sabe si la sociedad acabará dejando atrás el modelo de las tres comidas diarias o no en un futuro.
Fuentes: (BBC) (CNET) (Johns Hopkins Medicine)
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¿Es hora de cambiar la regla de las tres comidas diarias?
Aquí te lo contamos
SALUD Dieta
Si eres como la mayoría, habrás crecido haciendo tres comidas contundentes al día: desayuno, comida y cena. Sin embargo, puede que en algún momento te hayas preguntando por qué lo hacemos así. Si te pica la curiosidad, aquí exploraremos la razón de esta costumbre tan extendida y analizaremos si de verdad es la mejor opción. ¡Haz clic para saberlo todo!