¿Sabías que estas figuras eran "queer"?
Si vas con un niño al parque, lo más probable es que en tan solo una hora ya haya hecho nuevos amigos, haya discutido, se haya enemistado y se haya vuelto a amistar. Lo que para ellos parece pan comido, a nosotros nos cuesta un mundo cuando nos hacemos mayores. ¿Quién no ha querido hacer nuevos amigos, pero no tiene ni idea de cómo abordar la situación?
Trabar nuevas amistades en la edad adulta nos es más difícil porque somos conscientes de las restricciones sociales que nos rodean y, sobre todo, por el miedo al rechazo. ¡Pero no deberíamos dejar que esto nos impida disfrutar de las cosas buenas de la vida! Hay muchas formas de conocer gente nueva con la que llegar a mantener una amistad. ¡Sigue leyendo para descubrirlas!
Hacer amigos de mayor requiere positividad y proactividad. Cuando eres joven, las circunstancias y los entornos (la escuela, el vecindario, etc.) te empujan a estar en contacto con otras personas con las que hablar y jugar, pero a medida que creces, esto se va convirtiendo en todo un esfuerzo.
Si dejamos nuestras relaciones en manos de la suerte y esperamos a que las cosas ocurran solas, lo más probable es que no consigamos nada. El primer paso es abrirse a conocer otras personas y a vivir nuevas experiencias.
Los adultos tienden a pensarse todo dos veces por miedo al rechazo o a no ser lo suficientemente divertidos. ¡Hay que confiar en que todo va a ir bien! Está claro que es más fácil decirlo que hacerlo, pero quizá te anime saber que varios estudios han demostrado que los desconocidos siempre reaccionan mejor de lo que nos imaginamos.
Uno en particular, en el que se analizaron diversas interacciones en situaciones muy dispares, demostró que la mayoría de las personas subestimaban lo bien que le habían caído a los desconocidos. En inglés, este fenómeno se denomina "the liking gap" ("la brecha de la simpatía"). Acuérdate de esto cuando hables con gente nueva y confía en que les caerás bien.
Otros estudios han demostrado que quienes creen que van a caer bien exhiben comportamientos que ayudan a que esto ocurra. Por ejemplo, son más propensos a hablar de su vida, a discutir menos y, en general, a tener una mejor actitud.
Solemos sentirnos más cómodos rodeados de personas con gustos similares a los nuestros, pero desde aquí te animamos a que te juntes con personas de otros géneros, edades, etnias, etc. Si te animas a explorar nuevos horizontes, es muy probable que te sorprendas.
Necesitamos hacer nuevos amigos para sentirnos felices y realizados, pero sentirnos felices y realizados hace que sea más fácil hacer nuevos amigos. Paradójico, ¿cierto? No obstante, no tiene por qué ser así. Date un momento para dejar de pensar en ello como una obligación y recapacitar sobre las cosas que harían que disfrutases más de la vida.
Si empiezas a centrarte en las cosas que te hacen bien, es probable que por el camino conozcas a personas con intereses y valores similares a los tuyos. Por no hablar del hecho de que sentirte feliz y realizado hará que otros te vean más atractivo. Al fin y al cabo, ¿no nos sentimos más inspirados y atraídos por quienes viven la vida al máximo?
Todos estamos ocupados con el trabajo y la infinidad de responsabilidades que nos dejan agotados. Esto puede que nos haga aplazar los planes que teníamos previstos, porque hacer amigos también supone un esfuerzo.
Una posible solución es hacer hueco en tu agenda solo para este propósito, p. ej. encontrando una canguro que te cubra una noche por semana para que puedas ir a esa clase de salsa que tanto querías probar, por ejemplo.
Ya que hablamos de eso, ¡una gran forma de hacer amigos es disfrutando de una afición! Si te apuntas a un curso o a una clase de algo, coincidirás con personas que se interesen por lo mismo que tú. Yoga, senderismo, manualidades, clubs de lectura, meditación... ¡Las posibilidades son infinitas!
Siempre hay alguna causa que nos apasiona, pero tendemos a sentirnos culpables por no ayudar. El activismo es una forma ideal de contribuir a un mundo mejor y, de paso, hacer amigos. ¡Busca asociaciones u ONG por tu zona y pregunta si necesitan que les eches un cable!
Otra opción es descargar aplicaciones para conocer a otras personas. Una de ellas es Meetup, una red social que conecta a gente de todas las ciudades del mundo para realizar actividades en grupo. Es una forma fácil de conocer personas que sabes que también están interesadas en hacer amigos.
Si estás soltero y buscas a alguien con quien tener una cita, puede que ese potencial interés romántico acabe siendo un buen amigo. ¡Que no haya una conexión más allá de la amistad no quiere decir que no haya nada en absoluto!
¿Y si esa cita "fallida" de Tinder acaba siendo tu amigo del alma? Ve con la mente abierta y no cierres la puerta a la posibilidad de una amistad. Sé honesto con la otra persona y deja que las cosas fluyan.
Cuando nos proponemos trabar nuevas amistades, es importante que esto se convierta en una prioridad y que aceptemos las invitaciones que nos hagan. Esto no quiere decir que debas ir si te encuentras mal o si ya tenías otros compromisos previos, pero intenta mostrar interés y proponer otra fecha para no perder la oportunidad.
Si tu ansiedad social está haciendo que te replantees quedar con alguien, recuerda que esa persona te invitó por un motivo: ¡verte! Por lo tanto, no dejes que esas vocecitas de tu cabeza te hagan creer lo contrario. Nunca podrás saber qué piensa la otra persona, y aunque lo intentes, lo más probable es que te equivoques.
En lugar de ser quien acepta los planes, ¡anímate a ser tú quien los proponga! La amistad es algo que funciona en ambos sentidos. Eso de que los vínculos surgen sin pretenderlo es un mito: las amistades, al igual que cualquier otro tipo de relación, requieren tiempo y esfuerzo.
Ir a esa cita o curso es solo la mitad del recorrido. Acuérdate de hablar con los demás, pregúntales por qué se han apuntado, si ya habían hecho algo así antes, etc.
Anímate a tomar la iniciativa. Puedes crear un grupo de WhatsApp o proponer ir a tomar un café o una pizza. Aunque es muy cómodo ser el invitado, a veces hay que ser quien extienda la invitación.
Si te apuntas a una actividad para principiantes y ves que otras personas también están nerviosas por la novedad, proponles ir a por un café después de clase. Lo más probable es que nadie tome la iniciativa, ¡por eso van a agradecer que seas tú quien rompa el hielo!
Es importante recordar que si algo no funciona, no significa que sea tu culpa. Como hemos dicho antes, todos tenemos vidas ajetreadas, y muchas personas sufren de ansiedad social. Así que, si nadie se apunta al plan que has propuesto, no te lo tomes como algo personal. Pasa página y no dejes que eso te detenga. ¡Otra vez será!
Roma no se hizo en un día y las amistades tampoco. Para establecer conexiones que de verdad merezcan la pena, tienes que tener paciencia y ser constante. Queda con gente, interésate por su vida, haz planes con quienes ya conoces, etc.
El problema de asistir a eventos puntuales es que, probablemente, no te va a dar tiempo a conocer bien a las personas. Si eres muy sociable y esto no es un impedimento para ti, ¡genial! Pero para la mayoría es más fácil conectar con la gente si hay más oportunidades de quedar, p. ej. en un club de lectura o una clase de pintura.
Las cosas tienden a gustarnos más cuando se vuelven familiares. Esto, como es de esperar, también se aplica a las personas. El mero hecho de que asistas con frecuencia a esa clase de yoga hará que los demás se sientan más cómodos contigo y al revés, aunque nunca habléis.
Si eres tímido o te cuesta proponer planes, no pasa nada: tómate tu tiempo y siéntete cómodo con las personas antes de intentar trabar una amistad. Céntrate en disfrutar de la actividad y en familiarizarte con el entorno. Esto hará que sea más fácil entablar conversaciones y crear nuevas amistades a medida que pasen los días.
Una vez hayas empezado a trabar amistad con alguien, recuerda que la vulnerabilidad es esencial para estrechar lazos. Una conversación superficial en la oficina está bien, pero puedes llevar la relación al siguiente nivel abriéndote un poco y compartiendo tus sentimientos.
¡Abrirte a los demás y querer vivir nuevas experiencias ya es un tema de conversación en sí mismo! Puedes preguntarle a los demás si ellos se sienten igual o si tienen algún consejo que darte. Ser vulnerable puede dar miedo, pero siempre hay un momento en nuestras vidas en el que tenemos que aceptar que no merece la pena tener amistad con gente que no nos acepta tal y como somos. ¡Y no pasa nada! Siempre habrá alguien que nos entienda.
En resumen: la clave para hacer amigos de mayor es dedicarle tiempo y esfuerzo a conocer nuevas personas. Apúntate a actividades, queda con la gente, toma la iniciativa y deja que los demás te conozcan en profundidad. Esto no siempre resulta, pero cuando sí lo hace, merece muchísimo la pena.
Fuentes: (Psyche) (mindbodygreen) (Verywell Mind)
Ver también: Las mejores ciudades para encontrar el amor y hacer amigos después de la pandemia
¿Es posible hacer amigos de mayor?
¿Te cuesta trabar amistad con nuevas personas ahora que eres adulto? ¡A continuación te ofrecemos consejos para sacarle todo el partido a tu vida social!
ESTILO DE VIDA Relaciones
Si vas con un niño al parque, lo más probable es que en tan solo una hora ya haya hecho nuevos amigos, haya discutido, se haya enemistado y se haya vuelto a amistar. Lo que para ellos parece pan comido, a nosotros nos cuesta un mundo cuando nos hacemos mayores. ¿Quién no ha querido hacer nuevos amigos, pero no tiene ni idea de cómo abordar la situación?
Trabar nuevas amistades en la edad adulta nos es más difícil porque somos conscientes de las restricciones sociales que nos rodean y, sobre todo, por el miedo al rechazo. ¡Pero no deberíamos dejar que esto nos impida disfrutar de las cosas buenas de la vida! Hay muchas formas de conocer gente nueva con la que llegar a mantener una amistad. ¡Sigue leyendo para descubrirlas!