▲Las transfusiones de sangre actuales se parecen a las del pasado, solo que ahora las hacemos como es debido y no bebiendo sangre fresca.

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También se creía que una vela hecha de grasa humana podía aturdir y paralizar a la gente.

▲Los trasplantes de órganos son otra forma de aprovechar los cuerpos humanos para fines médicos.

▲Asimismo, se creía que mezclar cráneos y melaza ayudaba a curar la epilepsia.

▲Los protestantes acusaron a los católicos de practicar el canibalismo. Durante la comunión, se supone que el pan y el vino representan el cuerpo y la sangre de Cristo.

▲Aunque beber sangre fresca era recomendable, no todo el mundo se lo podía permitir. Los pobres asistían a ejecuciones y después le compraban tarros con sangre al verdugo.

▲Pero antes de que estas prácticas medicinales se expandiesen por Europa, los romanos ya bebían la sangre de los gladiadores y se comían sus hígados como cura para la epilepsia.

▲Hay una receta de 1679 que explica cómo hacer mermelada con sangre humana.

▲El rey solía beber un brebaje a base de alcohol y cráneos humanos.

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La demanda de huesos humanos hizo que los sepultureros empezasen a robar cuerpos y a vender partes.

El farmacólogo alemán Johann Schröder publicó una serie de instrucciones sobre cómo procesar un cuerpo humano (entre las que se incluían rociarlo con mirra y aloe).

▲La usnea, un tipo de musgo que crece en los cráneos enterrados, solía utilizarse para curar la epilepsia y los sangrados nasales.

▲Todo empezó con las momias. Las personas saqueaban sus tumbas y las llevaban a Europa. De hecho, llegaron a figurar en un catálogo de medicina alemán como remedio.

▲En Alemania a los pacientes se les prescribían vendajes empapados en grasa humana para tratar las heridas.

▲Algunas mujeres se comen su propia placenta tras dar a luz, una práctica común en muchos lugares del mundo.

▲Cuando estaba en su lecho de muerte, al papa Inocencio VIII le dieron para beber la sangre de tres niños. Según consta, tanto él como ellos murieron.

▲Las células madre también parecen ser una solución prometedora a varios tipos de dolencias.

▲La grasa humana también se untaba sobre la piel para tratar la gota.

▲Aunque ya no bebemos sangre ni comemos cuerpos humanos, sí seguimos usándonos entre nosotros para curarnos.

▲La Pharmacopoeia Universalis del médico inglés Robert James mencionaba que la carne de momia podía utilizarse para curar varios problemas, desde la tos hasta los dolores menstruales.

▲El predicador británico John Keogh aseguraba que los corazones humanos eran perfectos para tratar los mareos y ganar fuerza.

▲En el siglo XVII, un médico inglés llamado Thomas Willis creó una bebida que mezclaba chocolate y cráneos humanos en polvo.

▲Esto hizo que algunas personas se aprovechasen de las ejecuciones para hacer negocio y vender la sangre de los reos.

▲El monje italiano Marsilio Ficino aconsejaba a los mayores beber la sangre de gente joven para contrarrestar los efectos del envejecimiento.

▲Pero la relación de Europa con el canibalismo viene de muy atrás. Las hambrunas forzaron a las personas a practicar la antropofagia en la Edad Media. También se sabe que los cruzados hambrientos llegaron a comerse a sus enemigos muertos. En Egipto, por ejemplo, la carne humana incluso se encurtía y preservaba en tarros.

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El uso de cuerpos humanos como recurso medicinal en Europa es una práctica que ganó popularidad durante el Renacimiento.

Durante los siglos XVI y XVII en particular, los europeos empezaron a usar sangre, huesos y grasa humana como ingredientes para curar varios tipos de dolencias.

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La noticia de que en el Nuevo Mundo se practicaba la antropofagia llegó a oídos de Europa cuando los exploradores entraron en contacto con tribus caníbales. Sin embargo, las cosas no eran muy diferentes en el Viejo Continente por aquel entonces. Durante los siglos XVI y XVII en particular, los europeos también desarrollaron un cierto gusto por los humanos, especialmente por sus huesos, grasa y sangre. Al fin y al cabo, la historia de la medicina está plagada de prácticas de lo más rocambolescas, por lo que no debería sorprendernos que la antropofagia en Europa estuviese más extendida de lo que se piensa. Si quieres saber más al respecto, ¡haz clic para seguir leyendo!