Esto es lo que el nuevo año le depara a tu signo
En el Nuevo Testamento (Juan 2), Jesús convierte milagrosamente el agua en vino durante una boda celebrada en Caná.
Durante la última cena, Jesús compartió el pan y el vino con sus apóstoles antes de ser traicionado y crucificado. Estos dos alimentos son la base de la eucaristía o la sagrada comunión.
En este pasaje, el apóstol Pedro urge a los cristianos a sucumbir a la voluntad de Dios, advirtiendo a los que se opongan: "Pues ya es bastante el tiempo transcurrido llevando una vida de gentiles, andando entre libertinajes, instintos, borracheras, comilonas, orgías e idolatrías nefastas".
En 1 Timoteo 5:23, Pablo le recomienda a Timoteo el vino como remedio: "En adelante ya no bebas más agua sola, sino toma un poco de vino a causa del estómago y de tus frecuentes enfermedades".
Según la tradición rabínica, el Eclesiastés fue escrito por el rey Salomón cuando ya estaba mayor. El pasaje 9:7 reza lo siguiente: "Anda, come tu pan con alegría y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aceptado tus obras".
En Efesios 5:18 encontramos el siguiente consejo de Pablo: "No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu".
"No andes mezclado con bebedores ni con gente que se harta de carne; pues borrachos y comilones empobrecen, los holgazanes se visten de harapos", declara Salomón.
"El vino excita, embriaga el licor, quien en ellos se pierde no llega a sabio". Según Salomón, un hombre comprometido con llevar una vida santa y virtuosa por la gloria de Dios debe ser cuidadoso y rehuir el vino y las bebidas fuertes.
"Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo", declara Pablo.
Escrito hacia mediados del año 50 d.C. cuando se encontraba en Corinto, Pablo le recuerda a los lectores que deben andar "como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo, y no deis pábulo a la carne siguiendo sus deseos".
Los peligros de la embriaguez quedan claramente plasmados en la historia de Lot y sus hijas, la cual se describe en el capítulo 19 del Génesis. En ella, la hija mayor de Lot lo seduce después de emborracharlo y se queda embarazada.
"No es propio de reyes, Lemuel, no es de reyes entregarse al vino, ni de príncipes darse a la bebida; pues beben y se olvidan de las leyes, desatienden el derecho del indefenso", reza este pasaje. Aunque la Biblia no identifica al rey Lemuel, la tradición judía sostiene que se trata del nombre poético de Salomón.
En Salmos 104:14-15, David le recuerda al lector que "Él hace brotar hierba para los ganados, y forraje para los que sirven al hombre. Él saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón".
En este pasaje, Pedro dice lo siguiente: "Pues ya es bastante el tiempo transcurrido llevando una vida de gentiles, andando entre libertinajes, instintos, borracheras, comilonas, orgías e idolatrías nefastas".
El profeta israelita Isaías adopta un tono desfavorable hacia quienes tienen el hábito de beber todo el día: "¡Ay de los que madrugan, en busca de licores, y alargan el crepúsculo, encendidos por el vino, con cítaras y arpas, panderetas y flautas, y vino en sus festines, pero no consideran la acción del Señor, ni tienen en cuenta la obra de sus manos!".
Jeremías emite una profecía y una advertencia: "Les dirás: «Esto dice el Señor del universo, rey de Israel: Bebed, emborrachaos, vomitad y caed para no levantaros ante la espada que voy a enviar en medio de vosotros".
"¡Ay del que hace beber a su compañero, mezclando su bebida hasta embriagarlo y ver así su desnudez!". ¡Está claro que el profeta Habacuc no estaba nada a favor de la embriaguez y el desenfreno!
Lucas nos deja una advertencia: "Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra".
En Proverbios 20:1, el rey Salomón critica el alcohol como tal: "El vino excita, embriaga el licor, quien en ellos se pierde no llega a sabio".
En su carta a los tesalocinenses, Pablo llega a la siguiente conclusión: "Los que duermen, de noche duermen; los que se emborrachan, de noche se emborrachan".
Isaías no ve con buenos ojos a los que se emborrachan para reforzar su estatus social: "¡Ay de los fuertes para beber vino, de los valientes para mezclar licores, de los que por soborno absuelven al culpable y niegan justicia al inocente!".
En los Hechos de los Apóstoles, probablemente escritos por Lucas, se incluye un pasaje en el que este defiende a los discípulos acusados de haber empezado a beber temprano. "No es, como vosotros suponéis, que estos estén borrachos, pues es solo la hora de tercia" (es decir, a las 9:00 de la mañana, la hora del culto o sacrificio matutino).
En Tito 1:7, Pablo describe las virtudes necesarias para ser uno con Dios: "Porque es preciso que el obispo sea intachable, como administrador que es de la casa de Dios; que no sea presuntuoso, ni colérico, ni dado al vino, ni pendenciero, ni ávido de ganancias poco limpias".
En este pasaje, Elí sospecha que la madre de Samuel está ebria al encontrarla murmurando, pero ella se apresura a tranquilizarle con estas palabras: "No, mi señor, yo soy una mujer de espíritu tenaz. No he bebido vino ni licor, solo desahogaba mi alma ante el Señor".
Lucas recuerda la parábola de los odres de Jesús en el pasaje 5:39, donde se dice lo siguiente: "Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El añejo es mejor”".
En Juan 2:10 leemos lo siguiente: "Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora". Esta es una referencia a Jesús y a su milagro de convertir el agua en vino, el cual se sirvió más tarde a pesar de ser el mejor.
En la parábola, un samaritano cura las heridas de un viajero apaleado echándoles vino mezclado con aceite. Esta historia aparece en el Evangelio de san Lucas.
Aquí podemos leer lo siguiente: "Despertad, borrachos, y llorad, gritad de espanto, aficionados al vino, por el licor que os quitan de la boca".
Fuentes: (BiblePuzzles.com) (Vatican.va) (TheTorah.com)
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En este pasaje vemos cómo Mequisedec se encuentra con Abrahán tras el regreso de la batalla y le ofrece pan y vino, bendiciéndole en nombre del "Dios altísimo".
¿Glorifica la Biblia la embriaguez?
Podemos encontrar numerosas referencias al alcohol en las escrituras sagradas
ESTILO DE VIDA Religión
En la Biblia hay decenas de referencias al alcohol, sobre todo al vino. En las escrituras sagradas se lo utiliza como metáfora y símbolo del juicio y la bendición, así como de la alegría y la felicidad. No obstante, la cerveza también aparece en algunas páginas. ¿Cuánto se glorifica el alcohol en la Biblia? Si quieres saberlo, ¡haz clic para seguir leyendo!