¿Por qué estamos programados para estresarnos según nos despertamos?
Cualquier sonido no deseado se puede considerar contaminación sonora si es suficientemente alto. La Organización Mundial de la Salud (WHO) describe el sonido superior a 65 decibelios (dB) como contaminación sonora.
La contaminación sonora pueden causarla muchos elementos diferentes, como el tráfico, los aviones, las obras, los trenes, los animales y las personas.
De hecho, los humanos siempre han estado rodeados de sonidos. Desde el canto de un pájaro, hasta una corriente de agua y el sonido del viento entre los árboles. Sin embargo, esos forman parte del medio y no alcanzan niveles insalubres.
El ruido es sonido, así que se mide en decibelios. Cuantos más decibelios, más lejos llega el sonido. Es por eso que sigues oyendo los aviones aunque se encuentren lejos.
Una noche tranquila en el campo o en un área de las afueras suele contar con unos 20 o 30 decibelios.
Por otra parte, los decibelios de una conversación normal suelen rondar los 60.
Los autos y camiones van de 70 a 90 decibelios, dependiendo del tipo de carretera y de la distancia. Por ejemplo, en una autovía se emite más ruido que en una carretera urbana, y cuanto más te aproximas, más alto lo escuchas.
Por último, tenemos a los reyes de la contaminación sonora, como las sirenas y los aviones, que pueden alcanzar los 120 decibelios o más. Las obras también pueden llegar a niveles muy altos, así como los trenes.
La contaminación sonora puede ser irritante, pero algunas personas se acostumbran a ella, sobre todo, las que viven en la ciudad. Sin embargo, eso no significa que deje de ser dañina para su salud física y mental.
Cuando el ruido llega al cerebro, se activa el córtex auditivo y la amígdala. La última responde enviando una señal de peligro y desencadenando una respuesta de estrés.
Esta respuesta de estrés activa el sistema nervioso simpático, que pone al cuerpo en un estado de lucha.
Como resultado, nuestro cuerpo se ve invadido por cortisol, la hormona del estrés, liberamos adrenalina y aumenta la presión sanguínea, entre otras respuestas fisiológicas.
Esto sería útil si durmiésemos en la selva y un león estuviese acercándose a nosotros, pero no cando estamos durmiendo cómodamente en nuestra cama, a salvo de cualquier peligro.
Es fácil ver cómo afecta esto a nuestro sueño, aunque no nos despertemos. Perjudica la calidad del sueño, lo cual puede tener consecuencias desastrosas en nuestra salud.
Muchas dolencias se han relacionado con la exposición a la contaminación sonora, tanto a nivel físico como psicológico.
Entre ellas destacan la ansiedad, la depresión, la alta presión sanguínea, los derrames y las enfermedades cardíacas.
Esto ya sin mencionar aquellas personas que están expuestas regularmente a altos niveles de ruido (como trabajadores de la construcción, personal de aviación, etc.) que pueden sufrir problemas de salud como pérdida de audición y tinnitus.
La exposición a niveles insalubres de ruido también puede afectar al aprendizaje. Un estudio descubrió que se estimaba que 12.500 colegiales en Europa sufrían dificultades de aprendizaje debido a la exposición al ruido de los aviones.
Se estima que entre un tercio de la población de Europa y los EE.UU. está expuesta regularmente a ruidos de más de 70 decibelios.
La Agencia Europea de Medio Ambiente estima que la contaminación sonora estuvo relacionada con aproximadamente 12.000 muertes prematuras. También se relaciona con 48.000 nuevos casos de enfermedad cardíaca isquémica al año en Europa.
Según un informe de la OMS, cada año los europeos pierden más de 1, millones de años de vida saludable debido al ruido del tráfico.
Un estudio descubrió que vivir cerca del aeropuerto de Frankfurt en Alemania implicaba asumir un 7 % más de riesgo de sufrir un derrame.
En 2011, un estudio descubrió que un aumento de 10 decibelios en el ruido de los aviones podría implicar un aumento del 28 % en el consumo de medicamentos contra la ansiedad en personas que vivían cerca de los siete mayores aeropuertos Europa.
Un estudio demostró que las personas que vivían en áreas con más tráfico tenían un 25 % más de probabilidades de tener síntomas de depresión, en comparación con los que vivían en zonas más tranquilas.
Las Naciones Unidas estiman que en 2050 aproximadamente el 70 % de la población vivirá en las ciudades, así que el número de personas afectadas por la contaminación sonora probablemente aumentará.
Si vives en una ciudad o estás expuesto a altos niveles de contaminación sonora, hay un par de cosas que puedes hacer para reducir el ruido.
Las ventanas de buena calidad pueden marcar la diferencia, y los paneles de aislamiento acústico también.
A veces, no es posible cambiar instalar medidas de aislamiento en el hogar, pero aún hay algo que puedes hacer.
Los tapones de oídos son muy últiles. Busca un par que te resulte cómodo y úsalos para dormir. Son baratos, prácticos y efectivos a la hora de reducir el ruido de noche.
Fuentes: (BBC) (European Environment Agency 1 y 2) (Brainfacts) (Medical News Today) (WHO)
La población está creciendo, al igual que las ciudades, los aeropuertos, el tráfico... y muchas otras fuentes de contaminación sonora. La mayoría estamos expuestos a grandes dosis de ruido cada día. Además, aunque vivas en la ciudad y estés acostumbrado a la atmósfera ruidosa, eso no significa que tu cerebro lo esté y, desafortunadamente, la exposición a ciertos niveles de ruidos tiene consecuencias graves.
Haz clic en la galería para descubrir cómo daña tu salud la contaminación sonora.
La contaminación sonora podría hacerte enfermar
Aunque estés acostumbrado, el ruido te sigue dañando la salud.
SALUD Sonido
La población está creciendo, al igual que las ciudades, los aeropuertos, el tráfico... y muchas otras fuentes de contaminación sonora. La mayoría estamos expuestos a grandes dosis de ruido cada día. Además, aunque vivas en la ciudad y estés acostumbrado a la atmósfera ruidosa, eso no significa que tu cerebro lo esté y, desafortunadamente, la exposición a ciertos niveles de ruidos tiene consecuencias graves.
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