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Sobra decir que la mayoría estamos familiarizados con al menos uno o dos de los nombres y títulos que Jesús recibe en la Biblia. Por ejemplo, Cristo, el Mesías y Salvador son tres de los más conocidos. Sin embargo, resulta ser que hay muchos más en las escrituras sagradas que van desde nombres como Enmanuel hasta títulos como cabeza de la Iglesia o Príncipe de la paz. En esta galería hacemos un repaso del Nuevo Testamento y te ofrecemos una lista de los muchos términos para denominar a Jesús. ¿Listo? ¡Haz clic para descubrirlos!
Las raíces hebreas del nombre Jesús se traducen como "salvador": «Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1:21).
A Jesús también se lo conoce como el hijo de Dios, un título que se menciona explícitamente en la Biblia: «Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo"» (Mateo 16:16).
El Mesías es el salvador tan esperado del que se habla en el Antiguo Testamento: «Encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)"» (Juan 1:41).
Jesús redimió a la humanidad de sus pecados: «Yo sé que mi redentor vive y que al fin se alzará sobre el polvo» (Job 19:25).
A Jesús también se lo considera un salvador en la Biblia: «Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor» (Lucas 2:11).
Este es otro de los nombres de Jesús cuyo significado se explica en la propia Biblia: «Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"» (Mateo 1:23).
Jesús dio su vida por nosotros de la misma forma que un pastor la daría por su rebaño: «Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas» (Juan 10:11).
Jesús profetizó sobre muchas cosas, incluida la traición de uno de sus discípulos y su propia muerte. «La multitud contestaba: "Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea"» (Mateo 21:11).
Jesús se declara a sí mismo el único camino, el principio y el final de todas las cosas: «Dice el Señor Dios: "Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y ha de venir, el todopoderoso"» (Apocalipsis 1:8).
Jesús era Dios y, por lo tanto, su imagen en la Tierra: «Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura» (Colosenses 1:15).
Jesús es la puerta que los creyentes cruzan para llegar hasta Dios y lograr la salvación eterna: «Por eso añadió Jesús: "En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas"» (Juan 10:7).
Jesús puede llenar todos los huecos de la vida de alguien: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás» (Juan 6:35).
Según la Biblia, la salvación eterna solo puede alcanzarse a través de Jesús: «Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna» (Hebreos 5:9).
Jesús siempre está presente: «Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy"» (Juan 8:58).
Jesús es una roca fuerte en la que cualquiera puede apoyarse y confiar: «Y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo» (1 Corintios 10:4).
Dios nos ordenó que escuchásemos a su hijo: «Y una voz desde la nube decía: "Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo"» (Lucas 9:35).
«Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: "¿Soy yo acaso, Maestro?". Él respondió: "Tú lo has dicho"» (Mateo 26:25).
Isaías 9:5 menciona varios nombres de gran peso asociados con Jesús: «Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: "Maravilla de Consejero, Dios fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz"».
«Fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús, quien, en lugar del gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios» (Hebreos 12:12).
El sumo sacerdote era el líder del sacerdocio israelita, por lo que se trata de un título de gran importancia asociado con Jesús: «Así pues, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe» (Hebreos 4:14).
Jesús es el mediador entre Dios y la humanidad: «Pues Dios es uno, y único también el mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús» (1 Timoteo 2:5).
Jesús es justo, por lo que todos los que pecan pueden contar con que él abogue por ellos: «Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo» (1 Juan 2:1).
Al igual que un cordero, Jesús se sacrificó para salvarnos: «Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo"» (Juan 1:29).
«Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular» (1 Pedro 2:7).
Jesús es la vid y los creyentes son sus ramas: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador» (Juan 15:1).
Jesús es el único camino hacia Dios y esto queda claro en la Biblia: «Jesús le responde: "Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí"» (Juan 14:6).
«Jesús les habló de nuevo diciendo: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida"» (Juan 8:12).
«Porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo» (Efesios 5:23).
«Va envuelto en un manto empapado en sangre, y es su nombre "el Verbo de Dios"» (Apocalipsis 19:13).
«Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá"» (Juan 11:25).
Fuentes: (Bible Gateway) (Equation of Hope)
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