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Establece un presupuesto -

El primer paso (y probablemente el más obvio) es establecer un presupuesto mensual para no salirse de él y así evitar los gastos extra.

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Establece un presupuesto -

En internet hay muchas plantillas disponibles, pero lo importante es establecer un presupuesto que se ajuste a tu situación financiera. También puedes usar una aplicación que te permita hacer un seguimiento de tu progreso.

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Paga en metálico -

A algunas personas les funciona la técnica de pagar solo en metálico para así ser más conscientes de los gastos que hacen.

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Paga en metálico -

Esto se debe a que pagar en metálico hace que veas cómo el dinero se va físicamente y, por lo tanto, te obliga a pensar si de verdad necesitas hacer ese gasto.

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Paga en metálico -

No obstante, cabe mencionar que hacer un seguimiento de los gastos puede ser más difícil si solo se paga en metálico y esto no siempre es viable si vives en un lugar en el que prima el uso de las tarjetas.

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Detente y reflexiona -

Aunque parezca obvio, pararse un momento a pensar en los pros y contras de una compra es una gran manera de controlar los gastos impulsivos.

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Detente y reflexiona -

Al fin y al cabo, como el propio nombre indica, las compras impulsivas son aquellas que hacemos sin pensar en si el producto o servicio de verdad es necesario.

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Detente y reflexiona - Por ejemplo, pregúntate si de verdad lo necesitas o si hay algo más importante para lo que debas reservar ese dinero.

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¿Cuál es tu estado de ánimo? -

Asimismo, las compras impulsivas suelen ser el resultado de una decisión irracional o emocional, de ahí que sea importante estar bien a la hora de gastar dinero.

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¿Cuál es tu estado de ánimo? - Intenta no comprar cosas cuando estés triste o estresado, ya que podrías caer en la espiral de compensar la falta de ánimo con caprichos innecesarios.

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¿Cuál es tu estado de ánimo? - En su lugar, intenta comprar cuando tengas la mente despejada y estés en posición de tomar decisiones sensatas (p. ej. antes del trabajo o después de ir al gimnasio).

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Evita las tentaciones - Otra manera de reducir el impulso de comprar cosas es evitar las tentaciones. Dejar los malos hábitos es mucho más difícil si la exposición a aquello que los motiva es constante.

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Evita las tentaciones -

Por ejemplo, la próxima vez que estés aburrido, intenta entretenerte de otra forma que no sea echando un vistazo a las páginas de las tiendas que más te gusten.

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Evita las tentaciones -

En su lugar, sal a pasear o haz otra cosa que te ayuda a mantener la mente ocupada. Incluso acercarte a una tienda en la que no sientas la tentación de comprar nada es mejor.

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Pospón la compra -

Si estás a punto de comprar algo y no sabes si es una compra impulsiva, posponla hasta dentro de unos días.

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Pospón la compra -

Si después de varios días sigues pensando en hacer esa compra, siempre puedes volver y concluirla.

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Pospón la compra -

El margen de espera varía de una persona a otra. Hay quienes tan solo necesitan un día y quienes prefieren esperar un mes entero.

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Rétate a gastar menos -

También puedes probar a retarte a ti mismo estableciendo un cierto periodo de tiempo en el que solo puedes gastar dinero en cosas esenciales.

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Rétate a gastar menos -

Por ejemplo, puedes gastar en el alquiler o la hipoteca, en las compras del supermercado, etc., pero no en restaurantes o en zapatos nuevos, por ejemplo.

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Rétate a gastar menos -

Participar en un reto de este tipo puede ayudarte a restablecer tus prioridades y a gastar con cabeza, destinando el dinero a saldar deudas o a incrementar tus ahorros.

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Elimina la información de tus tarjetas -

Un gran truco para no comprar de manera impulsiva es eliminar los datos de tus tarjetas del navegador que suelas utilizar.

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Elimina la información de tus tarjetas -

De esa manera, cada vez que quieras comprar algo tendrás que levantarte e ir a buscar la cartera en vez de pulsar un botón.

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Elimina la información de tus tarjetas -

Puede que te lleve tan solo unos segundos, pero es tiempo suficiente como para plantearte si la compra de verdad está justificada o no.

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Cancela tus suscripciones a los correos publicitarios -

También es buena idea que canceles la suscripción a todos los correos publicitarios de tus tiendas preferidas. Al fin y al cabo, son una forma más de tentación.

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Cancela tus suscripciones a los correos publicitarios -

Hoy en día, los negocios son capaces de hacer un seguimiento de nuestros hábitos de consumo y ofrecernos descuentos de lo más tentadores.

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Cancela tus suscripciones a los correos publicitarios -

Así pues, cancela las suscripciones a los correos, boletines y mensajes de texto de tus tiendas preferidas. Si no te enteras de que hay rebajas, no sentirás que te estás perdiendo algo.

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Si nada te funciona... -

Si ninguno de estos métodos te sirve, puede que sea momento de buscarte a alguien con quien ir de compras y que te ayude a controlar lo que gastas.

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Si nada te funciona... -

Sobra decir que debería ser alguien que ejerza una influencia positiva en ti y que no tenga miedo de decirte las cosas tal y como son si te pasas de la raya.

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En resumen -

Darnos caprichos de vez en cuando no tiene nada de malo, pero cuando los impulsos se apoderan de nosotros e interfieren en nuestra economía, es momento de actuar.

Fuentes: (Rocket Money)

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