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Mantén el calor
- Las investigaciones indican que los tratamientos con calor ayudan a aliviar la rigidez de las articulaciones y el dolor muscular. Esto se debe que a que aplicar calor sobre una articulación dolorida o un músculo fatigado hace que los vasos sanguíneos se expandan, incrementando el flujo de sangre, oxígeno y nutrientes al área afectada.
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Mantén el calor
- Es la solución más obvia, pero realmente ayuda. Utiliza diferentes capas de ropa y mantas. Las mantas eléctricas y los baños calientes también mejoran la rigidez y mejoran la circulación.
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Mantente activo
- Si sufres dolor de articulaciones o artritis, es muy importante que te mantengas activo. Los ejercicios que estimulan los músculos y los tendones proporcionan estabilidad y fuerza alrededor de la articulación. Participa en actividades de bajo impacto, como yoga, caminatas, ciclismo o natación, de forma frecuente.
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Mantente activo
- Evita estar sentado durante mucho tiempo. Si el trabajo no te deja otra opción, entonces estira y pasea por la oficina durante unos minutos cada dos horas. Los ejercicios de bajo impacto ayudan a aliviar la presión en las articulaciones mientras te mueves.
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Evitar el sobreesfuerzo
- Cuando realizamos un sobreesfuerzo, los músculos, las articulaciones, los tendones y los cartílagos pueden sufrir daños a largo plazo. Los músculos pueden dolerte cuando los tocas y liberan proteínas dañinas que pueden perjudicar tus riñones.
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Evitar el sobreesfuerzo
- Evita forzar demasiado las articulaciones con ejercicios de alta intensidad, levantando demasiado peso o saltando sobre superficies duras. Esto puede provocar lesiones a largo plazo. Con la salud articular, la prevención es la clave.
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Toma suplementos de vitamina D
- Las personas con bajos niveles de vitamina D, a menudo sufren dolores de articulaciones. En muchas partes del mundo, el invierno trae una reducción de luz solar, lo cual puede provocar deficiencia de vitamina D. Para evitarlo, intenta consumir alimentos ricos en vitamina D o considera tomar un suplemento.
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Toma suplementos de vitamina D
- Dr. Sarah Schenker, dietista y escritora de la ficha alimentaria sobre la artritis para la Asociación Dietética Británica, afirma que "La vitamina D parece contribuir a reducir la inflamación y mantener sano el sistema inmunitario, por lo que es un nutriente importante para distintos tipos de artritis".
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Terapia de masaje
- La terapia de masaje realizada por un masajista profesional puede ayudar a reducir el dolor articular invernal, mejorando la circulación, relajando los músculos y favoreciendo la lubricación de las articulaciones.
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Terapia de masaje
- Los masajes suaves con aceite caliente, si se realizan correctamente, mejoran la circulación sanguínea, reducen la rigidez y alivian el dolor. El automasaje también es beneficioso. Elige aceites como el de sésamo, coco, eucalipto, lavanda o mostaza.
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Ten un peso saludable
- El exceso de peso redunda en mayor presión para las articulaciones. Si mantienes un peso saludable puedes prevenir el dolor de rodillas y caderas, entre otros.
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Ten un peso saludable
- Menos peso significa menos presión en las articulaciones. En el caso de una articulación con artrosis que ya presenta una superficie dañada, perder peso puede aliviar considerablemente el dolor.
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Opta por alimentos antiinflamatorios
- Ciertos alimentos, hierbas y especias antiinflamatorias proporcionan beneficios similares a los de los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno. Se ha demostrado que otros alimentos ayudan a reducir la inflamación crónica con el tiempo. Incorpora alimentos ricos en omega 3 a tu dieta, como el salmón, las nueces y las semillas de lino.
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Opta por alimentos antiinflamatorios
- Incluye también verduras, cúrcuma y jengibre en tu dieta para ayudarte a combatir la inflamación. La inflamación ataca a los tejidos articulares y puede causar aumento de los líquidos articulares, daños en los cartílagos y los huesos, y la pérdida muscular. Los nervios de las articulaciones también se activan y provocan dolor.
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Terapia de frío y calor
- La terapia de frío y calor puede ser muy eficaz para tratar diversas afecciones y lesiones. El frío reduce la hinchazón y adormece la zona, mientras que el calor afloja los músculos, aumenta la flexibilidad y estimula la circulación. Las compresas calientes alivian la rigidez y las frías reducen la inflamación.
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Terapia de frío y calor
- Para la terapia con calor se pueden utilizar bolsas de agua caliente, almohadillas térmicas o baños calientes. Para la terapia con frío se emplean bolsas de hielo, agua fría o compresas frías. Para obtener el máximo alivio, alterna ambas terapias.
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Hidrátate
- Bebe mucha agua durante el día. Una hidratación apropiada ayuda a mantener las articulaciones lubricadas y, como consecuencia, a reducir las molestias y la rigidez.
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Hidrátate
- Una hidratación adecuada mantiene el volumen y la viscosidad del líquido sinovial, garantizando que las articulaciones se muevan con suavidad y se mantengan en buen estado. La deshidratación puede disminuir la producción de líquido sinovial, dando lugar a articulaciones más rígidas y menos flexibles, y aumentando el riesgo de dolor y lesiones articulares.
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Flexión y estiramiento
- El movimiento regular es esencial para la salud y movilidad de las articulaciones. La falta de actividad puede provocar una lubricación deficiente que fragiliza el cartílago y causa dolor cuando los huesos se rozan. Según Harvard Health Publishing, la limitación del movimiento y la movilidad puede debilitar los músculos, empeorar los problemas articulares e influir negativamente en la postura.
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Flexión y estiramiento
- La rigidez de las articulaciones puede provocar molestias y dolor. Aumentar la movilidad articular puede aliviar estos problemas al mejorar la circulación, reducir la inflamación y prevenir la aparición de dolores crónicos.
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Ácido hialurónico
- El ácido hialurónico se encuentra de forma natural en el organismo y desempeña un papel fundamental en la lubricación de las articulaciones. En las personas con artrosis, los niveles de ácido hialurónico en las articulaciones suelen reducirse.
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Ácido hialurónico
- La terapia con ácido hialurónico para la artrosis pretende aumentar estos niveles mediante inyecciones o suplementos orales. Al mejorar la lubricación articular, el ácido hialurónico puede ayudar a aliviar el dolor y la rigidez.
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Férulas
- Las férulas y los vendajes pueden ayudar a alejar el peso de la zona dañada de la articulación, reduciendo el dolor y las molestias.
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Férulas
- El uso de soportes articulares como guantes de compresión, rodilleras o coderas puede estabilizar las articulaciones y aliviar el dolor asociado a las actividades cotidianas.
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Aceites esenciales - La aromaterapia puede ayudar a bajar los niveles de estrés y reducir la percepción del dolor, aunque se necesitan más investigaciones para comprender plenamente la eficacia de los aceites esenciales. He aquí algunos resultados de pequeños estudios: el aceite de comino negro aplicado tres veces al día sobre rodillas doloridas alivió mejor el dolor que el paracetamol en personas mayores.
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Aceites esenciales
- Los aceites de incienso y mirra aliviaron la inflamación articular en ratas con artritis. Los masajes con aceite de jengibre ayudaron a reducir el dolor y la rigidez en personas con problemas de rodillas, mejorando el estado físico general. Y los masajes con aceite de lavanda también aliviaron los dolores musculoesqueléticos y de rodillas provocados por la artrosis.
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Sal de Epsom - Sumergirse en agua caliente con sal de Epsom puede ayudar a relajar los músculos y reducir la inflamación de las articulaciones. Cuando se disuelve en agua, la sal de Epsom se descompone en magnesio y sulfato. El magnesio es esencial para fortalecer los huesos, mientras que el sulfato contribuye a la salud de las articulaciones y la piel.
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Sal de Epsom
- La teoría es que estos minerales se absorben a través de la piel durante el baño, lo que puede ayudar a relajar los músculos, reducir la hinchazón y el dolor de la artritis y aliviar el dolor de la fibromialgia y otras afecciones.
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Cuándo consultar a un médico
- Si los síntomas persisten o empeoran, consulta a un profesional de la salud para recibir consejos médicos personalizados. Fuentes: (Healthline) (Times of India) (Healthshots) (WebMD) (Invigor Health) (Parkview Health) No te pierdas: ¿Cuáles son los peores dolores que puedes sufrir?
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Mantén el calor
- Las investigaciones indican que los tratamientos con calor ayudan a aliviar la rigidez de las articulaciones y el dolor muscular. Esto se debe que a que aplicar calor sobre una articulación dolorida o un músculo fatigado hace que los vasos sanguíneos se expandan, incrementando el flujo de sangre, oxígeno y nutrientes al área afectada.
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Mantén el calor
- Es la solución más obvia, pero realmente ayuda. Utiliza diferentes capas de ropa y mantas. Las mantas eléctricas y los baños calientes también mejoran la rigidez y mejoran la circulación.
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Mantente activo
- Si sufres dolor de articulaciones o artritis, es muy importante que te mantengas activo. Los ejercicios que estimulan los músculos y los tendones proporcionan estabilidad y fuerza alrededor de la articulación. Participa en actividades de bajo impacto, como yoga, caminatas, ciclismo o natación, de forma frecuente.
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Mantente activo
- Evita estar sentado durante mucho tiempo. Si el trabajo no te deja otra opción, entonces estira y pasea por la oficina durante unos minutos cada dos horas. Los ejercicios de bajo impacto ayudan a aliviar la presión en las articulaciones mientras te mueves.
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Evitar el sobreesfuerzo
- Cuando realizamos un sobreesfuerzo, los músculos, las articulaciones, los tendones y los cartílagos pueden sufrir daños a largo plazo. Los músculos pueden dolerte cuando los tocas y liberan proteínas dañinas que pueden perjudicar tus riñones.
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Evitar el sobreesfuerzo
- Evita forzar demasiado las articulaciones con ejercicios de alta intensidad, levantando demasiado peso o saltando sobre superficies duras. Esto puede provocar lesiones a largo plazo. Con la salud articular, la prevención es la clave.
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Toma suplementos de vitamina D
- Las personas con bajos niveles de vitamina D, a menudo sufren dolores de articulaciones. En muchas partes del mundo, el invierno trae una reducción de luz solar, lo cual puede provocar deficiencia de vitamina D. Para evitarlo, intenta consumir alimentos ricos en vitamina D o considera tomar un suplemento.
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Toma suplementos de vitamina D
- Dr. Sarah Schenker, dietista y escritora de la ficha alimentaria sobre la artritis para la Asociación Dietética Británica, afirma que "La vitamina D parece contribuir a reducir la inflamación y mantener sano el sistema inmunitario, por lo que es un nutriente importante para distintos tipos de artritis".
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Terapia de masaje
- La terapia de masaje realizada por un masajista profesional puede ayudar a reducir el dolor articular invernal, mejorando la circulación, relajando los músculos y favoreciendo la lubricación de las articulaciones.
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Terapia de masaje
- Los masajes suaves con aceite caliente, si se realizan correctamente, mejoran la circulación sanguínea, reducen la rigidez y alivian el dolor. El automasaje también es beneficioso. Elige aceites como el de sésamo, coco, eucalipto, lavanda o mostaza.
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Ten un peso saludable
- El exceso de peso redunda en mayor presión para las articulaciones. Si mantienes un peso saludable puedes prevenir el dolor de rodillas y caderas, entre otros.
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Ten un peso saludable
- Menos peso significa menos presión en las articulaciones. En el caso de una articulación con artrosis que ya presenta una superficie dañada, perder peso puede aliviar considerablemente el dolor.
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Opta por alimentos antiinflamatorios
- Ciertos alimentos, hierbas y especias antiinflamatorias proporcionan beneficios similares a los de los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno. Se ha demostrado que otros alimentos ayudan a reducir la inflamación crónica con el tiempo. Incorpora alimentos ricos en omega 3 a tu dieta, como el salmón, las nueces y las semillas de lino.
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Opta por alimentos antiinflamatorios
- Incluye también verduras, cúrcuma y jengibre en tu dieta para ayudarte a combatir la inflamación. La inflamación ataca a los tejidos articulares y puede causar aumento de los líquidos articulares, daños en los cartílagos y los huesos, y la pérdida muscular. Los nervios de las articulaciones también se activan y provocan dolor.
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Terapia de frío y calor
- La terapia de frío y calor puede ser muy eficaz para tratar diversas afecciones y lesiones. El frío reduce la hinchazón y adormece la zona, mientras que el calor afloja los músculos, aumenta la flexibilidad y estimula la circulación. Las compresas calientes alivian la rigidez y las frías reducen la inflamación.
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Terapia de frío y calor
- Para la terapia con calor se pueden utilizar bolsas de agua caliente, almohadillas térmicas o baños calientes. Para la terapia con frío se emplean bolsas de hielo, agua fría o compresas frías. Para obtener el máximo alivio, alterna ambas terapias.
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Hidrátate
- Bebe mucha agua durante el día. Una hidratación apropiada ayuda a mantener las articulaciones lubricadas y, como consecuencia, a reducir las molestias y la rigidez.
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Hidrátate
- Una hidratación adecuada mantiene el volumen y la viscosidad del líquido sinovial, garantizando que las articulaciones se muevan con suavidad y se mantengan en buen estado. La deshidratación puede disminuir la producción de líquido sinovial, dando lugar a articulaciones más rígidas y menos flexibles, y aumentando el riesgo de dolor y lesiones articulares.
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Flexión y estiramiento
- El movimiento regular es esencial para la salud y movilidad de las articulaciones. La falta de actividad puede provocar una lubricación deficiente que fragiliza el cartílago y causa dolor cuando los huesos se rozan. Según Harvard Health Publishing, la limitación del movimiento y la movilidad puede debilitar los músculos, empeorar los problemas articulares e influir negativamente en la postura.
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Flexión y estiramiento
- La rigidez de las articulaciones puede provocar molestias y dolor. Aumentar la movilidad articular puede aliviar estos problemas al mejorar la circulación, reducir la inflamación y prevenir la aparición de dolores crónicos.
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Ácido hialurónico
- El ácido hialurónico se encuentra de forma natural en el organismo y desempeña un papel fundamental en la lubricación de las articulaciones. En las personas con artrosis, los niveles de ácido hialurónico en las articulaciones suelen reducirse.
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Ácido hialurónico
- La terapia con ácido hialurónico para la artrosis pretende aumentar estos niveles mediante inyecciones o suplementos orales. Al mejorar la lubricación articular, el ácido hialurónico puede ayudar a aliviar el dolor y la rigidez.
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Férulas
- Las férulas y los vendajes pueden ayudar a alejar el peso de la zona dañada de la articulación, reduciendo el dolor y las molestias.
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Férulas
- El uso de soportes articulares como guantes de compresión, rodilleras o coderas puede estabilizar las articulaciones y aliviar el dolor asociado a las actividades cotidianas.
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Aceites esenciales - La aromaterapia puede ayudar a bajar los niveles de estrés y reducir la percepción del dolor, aunque se necesitan más investigaciones para comprender plenamente la eficacia de los aceites esenciales. He aquí algunos resultados de pequeños estudios: el aceite de comino negro aplicado tres veces al día sobre rodillas doloridas alivió mejor el dolor que el paracetamol en personas mayores.
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Aceites esenciales
- Los aceites de incienso y mirra aliviaron la inflamación articular en ratas con artritis. Los masajes con aceite de jengibre ayudaron a reducir el dolor y la rigidez en personas con problemas de rodillas, mejorando el estado físico general. Y los masajes con aceite de lavanda también aliviaron los dolores musculoesqueléticos y de rodillas provocados por la artrosis.
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Sal de Epsom - Sumergirse en agua caliente con sal de Epsom puede ayudar a relajar los músculos y reducir la inflamación de las articulaciones. Cuando se disuelve en agua, la sal de Epsom se descompone en magnesio y sulfato. El magnesio es esencial para fortalecer los huesos, mientras que el sulfato contribuye a la salud de las articulaciones y la piel.
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Sal de Epsom
- La teoría es que estos minerales se absorben a través de la piel durante el baño, lo que puede ayudar a relajar los músculos, reducir la hinchazón y el dolor de la artritis y aliviar el dolor de la fibromialgia y otras afecciones.
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Cuándo consultar a un médico
- Si los síntomas persisten o empeoran, consulta a un profesional de la salud para recibir consejos médicos personalizados. Fuentes: (Healthline) (Times of India) (Healthshots) (WebMD) (Invigor Health) (Parkview Health) No te pierdas: ¿Cuáles son los peores dolores que puedes sufrir?
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15 formas sencillas de aliviar el dolor articular de forma natural en invierno
Reduce los dolores y la rigidez con estas recomendaciones
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El frío puede empeorar el dolor de articulaciones. Aunque las investigaciones sobre los motivos por los que las articulaciones nos duelen más cuando hace frío todavía no son concluyentes, se cree que existen varios factores. Las bajas temperaturas pueden disminuir la presión barométrica y causar que los tejidos que rodean las articulaciones se expandan, aumentando el dolor. El flujo sanguíneo reducido debido a la constricción de los vasos sanguíneos pueden hacer que aumente la rigidez de las articulaciones y el frío suele elevar el nivel de sensibilidad de los nervios. Además, el frío suele estar relacionado con una menor actividad física, lo cual hace que los músculos se tensen y, como consecuencia, se ejerza más presión sobre las articulaciones.
Una vez dicho esto, si sufres dolor de articulaciones en invierno, hay algunos pasos sencillos que puedes dar para ayudarte a gestionar, reducir e incluso aliviar esos síntomas. Haz clic en la galería para descubrir las soluciones más efectivas.
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