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Comer demasiado -

Hacer una comida copiosa antes de salir a correr no es buena idea. Aunque la nutrición puede ser algo muy personal, lo cierto es que correr con el estómago lleno puede dar lugar a una amplia variedad de problemas digestivos y gastrointestinales.

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Comer demasiado -

Correr mientras tu cuerpo aún está digiriendo la comida no solo es incómodo, sino que también puede generar desde calambres hasta diarrea.

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Comer demasiado -

Para evitar estos problemas, lo mejor es comer al menos tres horas antes de hacer deporte. Si necesitas un tentempié, opta por un plátano o un puñado de frutos secos unos 30 minutos antes de empezar el entrenamiento. Deja el plato de puchero para cuando vuelvas.

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Comer demasiada fibra -

Con esto no estamos queriendo decir que no debas consumir fibra, sino que es mejor que no lo hagas antes de entrenar. Esto se debe a que la fibra tarda mucho en digerirse y puede ser muy incómodo salir a correr cuando tu cuerpo aún está trabajando.

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Comer demasiada fibra -

La clave es el tiempo. Basta con que planees tu ingesta de fibra con base en cuándo quieres salir a correr. Intenta dividirla en pequeñas cantidades a lo largo del día o consúmela cuando vuelvas de entrenar.

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No ir al baño -

Quienes hayan tenido un apretón a mitad de carrera sabrán de lo que estamos hablando. El entrenador Jason Karp opina esto al respecto: "El constante movimiento vertical del cuerpo hace que las cosas también se muevan dentro del colon, por lo que no ir al baño antes de correr aumentará las posibilidades de que te sientas incómodo después".

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No ir al baño -

Si hay alguna comida o bebida que te estimule a nivel intestinal (como el café), entonces conviene que la consumas para ir al baño antes de salir de casa.

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No beber suficiente agua -

La deshidratación puede ser todo un peligro. Cuando corres, sudas y pierdes líquidos que no sueles reponer de inmediato. Asegúrate de beber suficiente agua antes de entrenar para mantenerte hidratado más tiempo.

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No beber suficiente agua -

Lo ideal es beber entre 177 y 473 ml de agua una o dos horas antes de salir a correr. Sobra decir que cuando acabes de entrenar es cuando más agua tienes que beber.

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Beber demasiada agua -

No beber suficiente agua puede causarte problemas, pero beber demasiada, también. ¿Por qué? ¡Pues porque te van a entrar ganas de ir al baño!

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Beber demasiada agua -

Según el fisioterapeuta Brad Whitley, "intentar compensar la deshidratación una hora antes de salir a correr puede provocar una desagradable sensación de chapoteo en el estómago y obligarte a interrumpir el entrenamiento para ir al baño".

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Beber demasiada agua -

Deja que sea el color de tu orina el que te guíe y no tu sed cuando intentes controlar tu nivel de deshidratación (cuanto más oscuro sea, más deshidratado estás). De esta forma podrás saber cuánta agua necesitas, pero acuérdate de ingerirla poco a poco a lo largo de todo el día.

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Ignorar las molestias y dolores -

Si tienes molestias o dolores que no se van, no sigas corriendo como si nada. Aunque es normal sentir cierta rigidez aquí y allá, algo que mejora en cuanto la sangre empieza a fluir, un dolor localizado y persistente no es algo que se deba ignorar.

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Ignorar las molestias y dolores -

Sobra decir que entrar con lesiones puede hacer que estas empeoren considerablemente. Siempre es mejor hablar con un especialista para descartar cualquier afección grave y para emprender un proceso de recuperación que te permita volver a hacer deporte con seguridad.

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Hacer calentamientos estáticos -

El calentamiento estático consiste en estirar una extremidad en una postura determinada durante unos segundos. Aunque esto es beneficioso en ciertas circunstancias, no es lo más aconsejable cuando se va a correr.

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Hacer calentamientos estáticos -

Un calentamiento estático puede influir en la capacidad de acelerar del corredor. La alternativa es realizar un calentamiento dinámico, que consiste en estirar realizando movimientos (como impulsar las piernas hacia delante y hacia atrás).

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Pasarte de rosca en el gimnasio -

Entrenar para tener una mayor fuerza está muy bien y puede ser beneficioso para los corredores, pero hacer sentadillas antes de ir a correr no es muy buena idea.

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Pasarte de rosca en el gimnasio -

Una sesión exhaustiva en el gimnasio consumirá gran parte de tus reservas de glucógeno muscular, una fuente de energía. Esto significa que si no repones esas reservas (con carbohidratos), tu nivel de energía disminuirá considerablemente. La falta de glucógeno es perjudicial tanto para tu rendimiento como posterior recuperación.

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Beber alcohol -

Beber alcohol antes de salir a correr puede aumentar el riesgo de deshidratación, así como afectar a tus niveles de azúcar en sangre. Beber la noche anterior también puede influir en tu rendimiento (por ejemplo, por no haber dormido lo suficiente).

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Beber alcohol -

"Los estudios demuestran que consumir alcohol antes de una carrera puede afectar negativamente a tu motricidad, coordinación, equilibrio y capacidad de respuesta", comenta el fisioterapeuta deportivo McKirven Ceus.

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Entrenar con nuevos zapatos y tirar los viejos -

Si te compras unos zapatos de deporte, querrás estrenarlos de inmediato. El problema está en que salir a entrenar con un calzado nuevo y correr las mismas distancias de siempre puede tener unas consecuencias catastróficas.

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Entrenar con nuevos zapatos y tirar los viejos -

Esto se debe a que tus pies necesitan un periodo de adaptación. Intenta alternar entre el par nuevo y el viejo hasta que te acostumbres, primero durante carreras cortas y luego más largas.

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Comer demasiados carbohidratos -

Los carbohidratos son la principal fuente de energía para hacer deporte, pero comerlos en grandes cantidades antes de salir a correr probablemente te provocará un pico de insulina y, después, un bajón de energía.

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Comer demasiados carbohidratos -

Salir a correr cuando todo lo que quieres hacer es echarte una siesta no suena muy divertido, por lo que es mejor que consumas carbohidratos a lo largo del día en pequeñas cantidades.

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Beber demasiado café -

La cafeína es muy estimulante... En las cantidades adecuadas. Si bien hay estudios que defienden sus beneficios para con el rendimiento atlético, lo cierto es que una sobredosis puede repercutir negativamente en tu sistema gastrointestinal, aumentar el riesgo de deshidratación y provocar efectos secundarios como dolores de cabeza, mareos y ansiedad.

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Beber demasiado café -

La clave está en la moderación y en ir probando. "Los atletas tienen que 'escuchar' a su cuerpo y probar a beber café un par de veces antes de hacer ejercicio", recomienda Mark Haub, profesor de Nutrición en la Universidad Estatal de Kansas.

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No escuchar a tu cuerpo -

Aunque puede parecer un concepto un tanto abstracto, se trata de prestar atención a las reacciones de tu cuerpo mientras entrenas. Esto incluye factores como la nutrición, molestias, dolores y otras respuestas fisiológicas.

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No escuchar a tu cuerpo -

La mejor forma de hacerlo es llevando un diario o registro. Apunta todas las cosas para poder entender mejor tu cuerpo.

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No llevar la ropa adecuada -

Llevar la ropa y el calzado adecuados es fundamental. Si bien los zapatos de correr son lo más importante, muchas personas se olvidan de comprar prendas que les ayuden a regular su temperatura corporal. Un error muy común es llevar demasiada ropa encima y acabar pasando mucho calor durante el entrenamiento.

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No llevar la ropa adecuada -

Lo mejor que puedes hacer es salir un momento a la calle antes de entrenar para ver si hace frío. Si es soportable y aun así te pones ropa de invierno, entonces pasarás demasiado calor una vez empieces a correr. Ten esto en cuenta la próxima vez que hagas deporte con frío.

Fuentes: (Health Digest) (Coach) (BBC Good Food) (Runner's World) (HuffPost) (Orthopedic Institute of Pennsylvania) (University of Iowa Hospitals & Clinics) (Livestrong) (Men's Journal)  

Ver también: ¡Si practicas deporte, estos son los alimentos que debes tomar!

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