© Shutterstock

Equinácea - Disfruta de una taza de té de equinácea. Esta planta tiene muchos beneficios y sirve de remedio herbario para prevenir y combatir el resfriado.

© Shutterstock

Inhalación de vapor - Calienta agua en un cuenco, cúbrete con una toalla y acercarte a la taza. El vapor te ayudará a descongestionar la nariz.

© Shutterstock

Zumo de zanahoria - Las zanahorias son ricas en betacarotenos, que tu cuerpo convierte en vitamina A al comer la hortaliza. Dicha vitamina es nuestra mejor aliada para combatir el resfriado, pues mantiene las membranas mucosas de nuestra nariz y garganta en plena forma.

© Shutterstock

Romero y salvia - El romero y la salvia son remedios clásicos para el resfriado y el dolor de garganta. Hierve un poco de agua y haz un té con estas hierbas. Añade un poco de manzana seca y miel y bébelo despacio. Este brebaje matará todo tipo de bacterias.

© Shutterstock

Mentol - El mentol es un aceite esencial derivado de las plantas de menta y combate el bloqueo de los senos paranasales y las vías respiratorias. Frota un poco de este aceite en la almohada o vierte unas gotas en un inhalador para potenciar el efecto.

© Shutterstock

Ajo - El ajo tiene unas propiedades antimicrobianas y antivirales bastante conocidas. Esta hortaliza nos ayuda a luchar contra las infecciones y el resfriado. Eso sí, ¡cuidado con el aliento!

© Shutterstock

Rinocornio - El rinocornio nos ayuda a abrir nuestras vías nasales, gracias a su solución de agua salada que aliviarán la congestión, la presión y el dolor facial. También es particularmente efectivo para tratar la sinusitis crónica.

© Shutterstock

Vitamina C - La vitamina C le da fuerzas a tu sistema inmune y combate las infecciones en el tracto superior respiratorio.

© Shutterstock

Aceite de eucalipto - Las propiedades antiinflamatorias del aceite de eucalipto también son bastante conocidas. Puedes echar unas gotas en el inhalador o en un pañuelo para reducir los síntomas del resfriado.

© Shutterstock

Gárgaras con agua salada - Hacer gárgaras con agua salada es una opción bastante simple para combatir el resfriado. Esta agua reducirá el moco y las flemas en la garganta y reducirán tu necesidad de toser.

© Shutterstock

Comida picante - Consumir comidas picantes y calientes es bastante efectivo contra el resfriado o la gripe. La pimienta de cayena, por ejemplo, sirve como descongestivo. No obstante, no te pases con el picante para no acabar cambiando los síntomas del resfriado por otros de índole gastrointestinal.

© Shutterstock

Probióticos - Los probióticos son bacterias que nos ayudan a estar más sanos y a reducir las posibilidades de adquirir una infección.

© Shutterstock

Sopa de pollo - ¡Este remedio tradicional es uno de los mejores! Un bol de sopa caliente te ayudará a librarte de los mocos y a mantenerte hidratado.

© Shutterstock

Ducha caliente - Una ducha caliente revitaliza y limpia el cuerpo. Si estás resfriado/a, el vapor te ayudará a aliviar las fosas nasales y a relajarte.

© Shutterstock

Ponche caliente - Se trata de una bebida perfecta para ir a la cama, sin cafeína. El ponche caliente incluye té de hierbas, una cucharada de miel y un chupito de whiskey o bourbon. Este brebaje te ayudará con la congestión nasal, aliviará tu garganta, evitará la tos y te ayudará a relajarte.

© Shutterstock

Vinagre de manzana y miel - El ácido del vinagre de manzana libera el moco de la garganta y ayuda con las flemas. Mézclalo con miel y bébelo para librarte de la tos.

© Shutterstock

Sal y levadura en polvo - Esta mezcla te ayudará a librarte de los gérmenes y a reducir la duración del resfriado. Mezcla la solución en agua y realiza algunas gárgaras un par de veces al día.

© Shutterstock

Semillas de lino - Las semillas de lino contienen una gran cantidad de antioxidantes. Hiérvelas hasta que queden espesas y cuélalas. Añade unas gotas de zumo de lima y miel para que la experiencia sea deliciosa.

© Shutterstock

Paquete de calor o frío -

Decide qué te viene mejor para combatir la obstrucción de las vías respiratorias: una toalla caliente o un paquete de guisantes congelados.

© Shutterstock

Miel y lima - Si estás resfriado/a deberías beber un montón de fluidos. El zumo de lima y la miel, mezclados con agua caliente, te ayudarán mejor que ningún otro brebaje.

© Shutterstock

Té especiado - Llevamos bebiendo té herbario para tratar todo tipo de afecciones desde tiempos inmemoriales. Para librarte de un resfriado o de la tos, añade jengibre y un poco de pimienta negra, además de unas gotas de miel, en agua caliente.

© Shutterstock

Jengibre y sal - Corta algo de jengibre en porciones pequeñas y rocíalo con sal para luego comerlo. El gingerol tiene propiedades antiinflamatorias, mientras que la sal te ayudará a desatascar las fosas nasales.

© Shutterstock

Té de jengibre - De forma similar, el té de jengibre con menta y limón funciona perfectamente para aliviar una garganta que parece una lija, además de liberar las fosas nasales.

© Shutterstock

Eleva la almohada - Aumentar la altura de la almohada te ayudará a descongestionar tus fosas nasales. ¡Así podrás dormir mejor!

© Shutterstock

Ron y miel - Esta es una variación del ponche caliente: vierte una gota de miel en ron negro caliente. El brebaje te ayudará a mantener el pecho y el cuerpo calientes.

© Shutterstock

Leche y cúrcuma - La cúrcuma es un antioxidante bastante potente que, cuando se mezcla con leche caliente, actúa como freno para el resfriado y la tos. Bebe un vaso antes de ir a dormir y te despertarás como en una mañana de verano.

© Shutterstock

Miel, limón y canela - Este trío clásico es uno de los mejores remedios para el resfriado, aliviando tu garganta y evitando noches eternas de tos.

© Shutterstock

Suplementos de zinc - Los suplementos de zinc pueden reducir la severidad y la duración de los síntomas de la tos, pero debes usarlos muy de vez en cuando. Algunos estudios indican que tomar demasiados pueden causar náuseas, vómitos y diarrea, además de otros efectos secundarios.

© Shutterstock

No tomes un avión -

Volar mientras estás resfriado o sufres una congestión puede dañar temporalmente tus tímpanos, debido a los cambios de presión durante el despegue o el aterrizaje. Además, puede añadir aún más estrés a un sistema respiratorio ya de por sí debilitado. 

Visita también la galería Hábitos diarios que aumentan el riesgo de contraer un resfriado.

© Shutterstock