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La tercera edad - De acuerdo con la BBC, es fácil volverse sedentario y dejar nuestro cuerpo de lado cuando envejecemos. Pero eso supone un riesgo absoluto para nuestra salud global.

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Dieta equilibrada - Comer bien es uno de los factores principales a tener en cuenta: una dieta saludable te aportará vitaminas y energía suficiente para que tu sistema inmunitario funcione de maravilla.

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¿Sí o no a los suplementos? - Según informa la US National Institutes of Health, no sólo son caros, sino que a veces pueden tener efectos secundarios o impactos negativos para tu salud que nadie se esperaba.

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Apuesta por los probióticos - Son una opción estupenda porque reducen la inflamación causada por la actividad microbiótica y hacen que la flora de tu piel reaccione contra los síntomas de la vejez.

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Café y té, ¡cuidado! - De acuerdo con la University of Eastern Finland, tomar cafeína en exceso pueden llevar a una deshidratación indeseada. Sin embargo, en su justa medida puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer y demencia.

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Sal, diviértete - Tan bueno como ir al gimnasio es salir a la calle, conocer gente y pasear. ¡Los beneficios mentales de esta actividad tan sencilla son increíbles!

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¿Cuánto deporte debes hacer? - Los adultos deberían mejorar su salud con 2 horas y media de cardio a la semana o 75 minutos de alguna actividad más intensa, de acuerdo con Healthy Midlife.

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¡Déjate de excusas! - Por muy ocupada que sea tu vida, no puedes dejar de hacer 10 o 20 minutos de ejercicio al día. Controla la intensidad y adecúala a ti.

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Empieza poco a poco - Es importante que vayas despacito y aumentando gradualmente el ejercicio que haces. Quizá sería bueno que tuvieses a un entrenador personal contigo. Si te lo puedes permitir, adelante...

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Reforzar los músculos - Es vital en la tercera edad si queremos mejorar la calidad de vida diaria. Así previenes la osteoporosis y ayudas a que tu metabolismo continúe activo.

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Actividad aeróbica moderada - Para los que quieran empezar mañana mismo a entrenar, es una buena forma de hacerlo. Respira acorde al ritmo que lleves (¡recuerda: no hagas sobreesfuerzos!) y empieza a sudar tras 10 minutos de ejercicio.

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Actividad aeróbica intensa - Para ello el cuerpo ya tiene que tener una base buena. La respiración se vuelve también rápida y profunda como cuando corres o caminas rápido.

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Haz lo que de verdad te enamore - Encuentra un deporte o una actividad que implique movimiento y te guste de verdad. ¿Tienes playa cerca? Puedes ir a pasear por la orilla y divertirte.

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¿Y nadar? - Es un ejercicio de poco impacto que resulta absolutamente espectacular para aumentar la musculatura y mantenerse en forma sin dañar las articulaciones.

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Busca un/a compañero/a de fatigas - Entrenar con una persona que te genere confianza y te motive es una de las grandes soluciones para ser constante. ¡Fuerza!

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"A quien madruga, Dios le ayuda" - Tu metabolismo tiende a ralentizarse con la edad, pero si optas por aprovecharlo durante la mañana te darás cuenta de que funcionas mucho mejor.

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Ponte un objetivo - Debes establecer metas a largo plazo que puedas cumplir. Asegúrate de que no estás planteando algo descabellado porque si no, te desmotivarás durante el proceso.

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Compra tu propio material - El gimnasio no es la única opción viable para quien quiere ejercitarse. ¡Si compras tu material, puedes ponerte en forma en el exterior o en tu propia casa!

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Cuida tu flexibilidad - Trabajar y potenciar esta característica es fundamental para las personas de la tercera edad. Prueba con el yoga o el pilates, no te quedes esperando.

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La salud mental también cuenta - Yoga no sólo es bueno para el cuerpo, sino también para tu cabecita. Tener una estabilidad mental aporta relajación que debes incluir, sin duda alguna, en tu rutina semanal.

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Dormir bien es vital - Intenta acostarte a la misma hora para que tu cuerpo adquiera el hábito natural de dormir correctamente. La calidad del sueño afecta siempre en el físico y la salud mental.

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¿Comer antes de acostarnos? - Comer antes de irte a la cama puede afectar a la calidad del sueño y tu cuerpo tendrá entonces problemas para digerirlo y dormir al mismo tiempo.

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Ni tabaco ni alcohol - No es ninguna novedad que ambas cosas son perjudiciales para el cuerpo. Según informa The Telegraph, los estudios muestran que quien deja de fumar antes de los 44 puede vivir mucho más y mejor después.

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Me quiere, no me quiere... ¡la aspirina! - Una dosis baja y diaria de este medicamento podría reducir el riesgo a sufrir un ataque cardiaco, pero lo cierto es que también puede aumentar las úlceras de estómago. Consulta con tu médico si estás decidido a tomarla.

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No te olvides de la piel - Que la edad se refleja en la piel no es ningún secreto para nadie. ¿Qué está en tu mano? Puedes intentar retrasar la aparición de arrugas (si de verdad te preocupa) cuidándola con los productos adecuados. Consulta con tu dermatólogo.

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Corregir la postura - El día a día trabajando u ocupándonos de la familia y otras cosas puede hacer que descuidemos nuestra postura. Siéntate bien, camina recto, etc. ¡El pilates o el yoga podrán ayudarte!

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¿Por qué no tener mascotas? - Es una buena idea para obligarte, en cierta medida, a salir y activarte. Además, será una compañía estupenda en tu vida. Dale una oportunidad y verás los beneficios mentales y físicos pronto.

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El secreto: no pararse -

Aprovecha y camina todo lo que puedas siempre. Esta actividad tan sencilla e intuitiva reduce los niveles de estrés y aumenta los de estamina. ¡Felicidad pura!

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