Mucho antes de la invención de los prismas y el lenguaje de la luz visible, los antiguos místicos y buscadores espirituales hablaban de un espectro profundo invisible a los ojos pero perceptible por el alma. Este, conocido como el color del alma, se cree que es un reflejo energético de la esencia espiritual de las personas, el cual contiene la frecuencia a la que nuestra alma vibra por el cosmos.
Al contrario que los estados emocionales pasajeros, el color del alma representa la auténtica naturaleza del ser. Es tu ADN espiritual, tu luz interior y tu verdad más imperecedera. Al igual que los copos de nieve o las huellas dactilares, no hay dos colores de alma idénticos y cada uno porta sus propios mensajes de propósito y personalidad. ¿Pero cómo podemos descubrir el nuestro? ¿Cambia con el tiempo? ¿Hay personas capaz de verlo o sentirlo? ¡Haz clic para saberlo todo!