© Getty Images

La piedra angular de la vida egipcia -

La magia, conocida en el antiguo Egipto como heka, era más que una simple superstición: era una pieza clave de la existencia. Los egipcios creían que la magia formaba parte del universo y que influía en todo, desde la salud hasta la justicia. Utilizarla no era una elección, sino algo necesario para sobrevivir.

© Getty Images

El dios y la fuerza creativa -

La heka era tanto el concepto de la magia como su encarnación divina. Los egipcios creían que el dios de la magia jugaba un papel en la creación del mundo y que todas las cosas, tanto dioses como humanos, eran mágicas en mayor o menor grado. La heka aseguraba que el orden cósmico permaneciese intacto.

© Getty Images

Los sacerdotes y los magos -

Aunque todo el mundo practicaba la magia, los sacerdotes eran los encargados de custodiar los textos sagrados que contenían los himnos y hechizos. Durante los rituales, recitaban conjuros para garantizar el equilibrio entre lo humano y lo divino. Su papel era tanto religioso como práctico, ya ayudaban en las funciones del Estado.

© Getty Images

El maestro de la sabiduría -

A Tot, el dios egipcio de la sabiduría y la escritura, se lo asociaba mucho con la magia, sobre todo en los periodos posteriores. Al ser una deidad lunar, dominaba la astrología y se lo vinculaba con el conocimiento divino. También se lo consideraba un sanador, ya que él fue el que ayudó a Horus a recuperar la vista, lo que sin duda reforzó su conexión con la medicina.

© Getty Images

La magia como método curativo -

En el antiguo Egipto, las enfermedades no se veían como una aflicción puramente física, sino también como un ataque por parte de fuerzas sobrenaturales. Los galenos recurrían a la magia tanto como al conocimiento médico, recitando hechizos mientras trataban a los pacientes. Creían que ciertos conjuros tenían la capacidad de expulsar a los espíritus causantes de la dolencia.

© Getty Images

El equilibrio entre la magia y el caos -

El ma’at, el concepto de la verdad y el equilibrio cósmico, era la pieza central de la magia. Cada hechizo, ritual y conjuro tenía por objetivo mantener el ma'at y repeler el isfet (caos). A veces incluso se recurría a maldiciones para castigar a aquellos que osaban alterar el orden universal.

© Getty Images

Amuletos -

Los amuletos eran esenciales para alejar a los espíritus malignos. Algunos (como el anj) simbolizaban la vida, mientras que otros (como el Ojo de Horus) ofrecían protección. Los egipcios los llevaban encima o incluso los dejaban en las tumbas para proteger a las personas tanto en el mundo físico como en el más allá.

© Getty Images

Inscripciones -

Los amuletos no eran meramente decorativos; su forma, material e inscripciones determinaban su poder. Algunos incluso contenían hechizos enrollados en papiros diminutos. El tipo de gema utilizado también era importante: las rojas simbolizaban la protección, mientras que las azules y verdes representaban la renovación y la regeneración.

© Getty Images

La pureza de la magia -

Los egipcios creían que la magia era más fuerte cuando se practicaba al amanecer, es decir, en un momento de renovación. Para garantizar su eficacia, los practicantes debían encontrarse en un estado de pureza. No podían mantener relaciones sexuales, debían alejarse de las mujeres menstruantes y tenían que lavarse antes de lanzar hechizos o de invocar a las fuerzas divinas.

© Getty Images

Un conducto de la energía mágica -

El agua se consideraba profundamente sagrada y se utilizaba en los rituales de purificación, ceremonias de sanación y hechizos mágicos. Los sacerdotes solían almacenar agua del Nilo, ya que creían que este portaba la fuerza vital de los dioses.

© Getty Images

Escritura -

Los egipcios incluso creían que la propia escritura tenían propiedades mágicas. Para ellos, los jeroglíficos poseían energía divina, por lo que decir o escribir el nombre de un dios suponía invocar su poder. Por otro lado, tachar el nombre de alguien podía borrar su existencia en el más allá.

© Getty Images

El papel de las mujeres -

El papel de las mujeres en la magia era ambiguo, pero resultaba imprescindible en los rituales funerarios. Las plañideras (en el lado izquierdo de la imagen) representaban a la diosas Isis y Neftis y asistían a los muertos en su transición. Asimismo, las "sabias" interpretaban los sueños y descifraban los mensajes divinos para quienes buscaban orientación.

© Getty Images

Matronas -

Aunque en el antiguo Egipto no existía una palabra para designar a las matronas, un documento médico de alrededor del 1550 a.C. (conocido como el papiro Ebers) demuestra que esta figura ya existía por aquel entonces. El nacimiento se consideraba un acontecimiento mágico que requería de protección divina.

© Getty Images

La dificultad de los partos -

Las matronas apelaban a varias deidades (Tueris entre ellas, imagen) para proteger a la madre y al bebé. Algunas mujeres incluso se tatuaban a la diosa menor Bes como protección. Las salas de parto se decoraban con imágenes sagradas para garantizar que el recién nacido llegase al mundo bajo la bendición divina.

© Getty Images

Varitas mágicas -

Las varitas mágicas, talladas en marfil de hipopótamo, se utilizaban en los rituales de nacimiento para proteger a las madres y los bebés de los espíritus malignos. Solían decorarse con imágenes de deidades protectoras. Curiosamente, también se han encontrado varitas mágicas en tumbas, lo que sugiere que cumplían un papel en la protección de los muertos.

© Getty Images

Sueños -

Los sueños se consideraban mensajes de los dioses, espíritus o seres queridos fallecidos. Los intérpretes especializados (a menudo mujeres) se encargaban de descifrar estas misteriosas visiones. El Templo de Dendera, erigido en honor a la diosa Hathor, era un centro neurálgico de la interpretación onírica al que las personas acudían en busca de respuestas acerca de su vida, salud y destino.

© Getty Images

La magia de los objetos cotidianos -

Incluso los objetos cotidianos tenían un cierto valor mágico. Los espejos se asociaban con el sol y la diosa Hathor y también simbolizaban el renacimiento. Los reposacabezas poseían símbolos protectores para alejar a los espíritus malignos durante la noche. Básicamente, los objetos no eran meramente funcionales, ya que también servían como conductos de la energía divina en el día a día.

© Getty Images

Estelas sagradas -

Las estelas de piedra no solo eran monumentos, sino también poderosos artefactos mágicos. La estela Metternich, perteneciente al conjunto de Cipos de Horus, es de alrededor del 380 a.C. y contiene inscripciones que se suponía que ayudaban a curar las mordidas venenosas. Una parte de los rituales consistía en verter agua sobre los hechizos tallados y beberla, permitiendo así que el cuerpo absorbiese la magia y se curase.

© Getty Images

Heces animales -

Aunque parezca extraño y poco ortodoxo, las heces de los animales también jugaban un papel importante en la medicina mágica. Algunos creían que el mal olor podía atraer a los demonios causantes de enfermedades, mientras que otros consideraban que las sustancias dulces como la miel podían persuadir a los espíritus para que saliesen del cuerpo del paciente.

© Getty Images

Maldiciones -

Aun así, la magia no siempre era benevolente, ya que las maldiciones también eran bastante comunes en la sociedad egipcia. A pesar de la creencia popular, la mayoría de inscripciones encontradas en las tumbas no son maleficios activos sino meras advertencias. En algunas, sin embargo, sí se han encontrado amenazas explícitas contra quienes osen entrar en ellas.

© Shutterstock

Deseando el mal -

Los egipcios solían usar figuras de arcilla y piezas de cerámica con inscripciones para maldecir a sus enemigos. Las partían, quemaban o incluso les orinaban encima durante los rituales para simbolizar la destrucción de sus contrarios. Esta práctica era especialmente común en tiempos de guerra, ya que se buscaba debilitar a los adversarios.

© Getty Images

El eterno enemigo de la luz -

Apofis, el dios serpiente del caos, era el mayor adversario de Ra, el dios del sol. Cada año, los sacerdotes celebraban rituales para espantarlo, llegando incluso a pisotear efigies de cera de él. Esto reforzaba el triunfo del orden cósmico sobre la oscuridad y garantizaba la estabilidad para el año siguiente.

© Getty Images

El sistema judicial -

Los egipcios creían que la magia también era uno de los pilares de la justicia. Hacer un juramento a menudo requería apelar al castigo divino y se creía que romperlo despertaría la furia de los dioses. Algunos textos legales mencionan el uso de maldiciones como método disuasorio para combatir la deshonestidad.

© Getty Images

El 'Libro de los muertos' -

Los egipcios incluso tenían un texto funerario al que ahora se conoce como el 'Libro de los muertos'. Se trata de una colección de 192 hechizos que ayudaban al fallecido a moverse por el inframundo. Las copias individuales no contenían todos los conjuros y cada una se personalizaba con base en las necesidades de quien fuese a utilizarla.

© Getty Images

Protección mágica en las prácticas funerarias -

Las momias se envolvían con amuletos y hechizos protectores. El pilar djed, símbolo de la estabilidad, se solía colocar en un amuleto alrededor del cuello del fallecido. Esto garantizaba que pudiese pasar con seguridad al más allá y que su presencia espiritual se mantuviese fuerte.

© Getty Images

Fuerza vital -

Según los egipcios, el ka era la esencia mágica vital de las personas en vida que continuaba tras su muerte. Se creía que las ofrendas de comida y bebida que se dejaban en las tumbas nutrían el ka y garantizaban que el fallecido siguiese en contacto con el mundo de los vivos.

© Shutterstock

Fantasmas -

Los egipcios creían que los espíritus de los muertos podían interactuar con los vivos. Si a una persona se la honraba como era debido, su espíritu podía traer bendiciones. Si se la olvidaba, podía regresar como un fantasma vengativo capaz de provocar enfermedades, pesadillas o incluso desgracias a sus descendientes negligentes.

© Getty Images

Recipientes del poder divino -

Las estatuas de los dioses, los faraones y los ancestros no eran solo decorativas, sino que además se creía que albergaban energía divina. Los egipcios dejaban ofrendas frente a ellas y celebraban rituales para despertar su esencia espiritual. Había quienes incluso acudían a ellas en busca de orientación y las consideraban intermediarias divinas.

© Shutterstock

Agricultura y fertilidad -

Los egipcios confiaban mucho en la magia y en su capacidad para ofrecer fertilidad y buenas cosechas. Los granjeros celebraban rituales en honor a Osiris, el dios de la agricultura, y usaban hechizos mágicos para proteger los cultivos de las plagas, las sequías y las enfermedades. Asimismo, llevaban amuletos para aumentar la fertilidad tanto de las mujeres como del ganado.

© Getty Images

El pilar de la realidad egipcia -

La magia era mucho más que una creencia mística para los egipcios: era una forma lógica y práctica de relacionarse con el mundo. Veían lo sobrenatural como una fuerza intrínseca capaz de gobernar la existencia. A través de ella protegían, curaban, maldecían y garantizaban la continuidad de la armonía cósmica.

Fuentes: (TheCollector) (BBC) (World History Encyclopedia) (British Museum)

No te pierdas: Las mujeres más influyentes del antiguo Egipto: más allá de los faraones

© Shutterstock