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Entendiendo el antinatalismo
- Los antinatalistas sostienen que traer vida a este mundo es inmoral. Algunos creen que los humanos deberían dejar de procrear, mientras que otros aplican esta perspectiva a todos los seres sintientes y defienden que la no existencia es preferible al sufrimiento vital.
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La voz de David Benatar
- El filósofo sudafricano David Benatar, una de las voces más fuertes de la corriente del antinatalismo, sostiene que la existencia siempre es un daño grave. En su libro, 'Better Never to Have Been' (2006) explica largo y tendido por qué prevenir el nacimiento es un acto de bondad.
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La asimetría de la existencia
- El argumento de Benatar se basa en la idea de que la existencia conlleva tanto dolor como placer, mientras que la no existencia no garantiza ni dolor ni privación. Sostiene que esto no hace que la alternativa sea mejor, sino que simplemente nos ahorra el sufrimiento sin que nos perdamos nada.
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La perspectiva budista
- La filosofía budista sugiere que la vida es un ciclo constante de elogios y reproches, pérdida y ganancia, éxito y fracaso, alegría y tristeza. Cada recién nacido pasa inevitablemente a formar parte de él y, por lo tanto, el sufrimiento se convierte en una parte ineludible de su vida.
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4 / 30 Fotos
Un regalo envenenado
- Incluso si la vida nos aporta alegría, ¿de verdad merece la pena sufrir tanto a cambio? Aunque la música, la comida y el amor enriquezcan nuestros días, coexisten junto al dolor, la pena y la pérdida. Benatar argumenta que el placer, por muy grande que sea, nunca supera la inevitabilidad del sufrimiento.
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5 / 30 Fotos
Un mundo sin duelo
- Si la no existencia de verdad fuese una tragedia, estaríamos lamentándonos por la falta de personas en planetas distantes y deshabitados, pero no lloramos las vidas que aún no han empezado. Esto sugiere que la no existencia no es una carencia, sino tan solo una oportunidad perdida para sufrir.
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6 / 30 Fotos
La ilusión de una vida plena
- A pesar del razonamiento de Benatar, muchas personas dicen ser felices y sentirse agradecidas por existir. Sin embargo, esta perspectiva podría nacer de los sesgos que se tienen de forma innata como el principio de Pollyanna, según el cual tendemos a recordar las experiencias positivas más que las negativas, lo que nos hace ser irracionalmente optimistas.
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La perspectiva de Schopenhauer
- El filósofo alemán Arthur Schopenhauer, uno de los pesimistas más notorios de la historia, sostenía que el dolor es más intenso que el placer. Su experimento mental (el cual comparaba la experiencia de un animal devorado con el placer del depredador al devorarlo) plasma este desequilibrio a la perfección.
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8 / 30 Fotos
La tragedia del nacimiento
- Desde el trauma del parto hasta la marcha inexorable hacia la muerte, la existencia no es más que un ciclo de sufrimiento. Incluso quienes viven con todo tipo de comodidades experimentan lo que es la pérdida, la insatisfacción, el envejecimiento y el temor existencial a la mortalidad.
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9 / 30 Fotos
Sufrimiento humano
- La guerra, la pobreza, la enfermedad, la adicción, la soledad... La humanidad está plagada de sufrimiento, ya sea autoinfligido o impuesto por la naturaleza. Los antinatalistas sostienen que, incluso en momentos de comodidad, el dolor acecha bajo la superficie, lo que demuestra que las adversidades vitales superan a las alegrías.
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La inevitabilidad de la muerte
- Da igual cuánto placer ofrezca la vida, ya que al final todo nos lleva a la muerte. El miedo a lo desconocido, el dolor de la pérdida y la lucha por aferrarnos a momentos fugaces hacen que el fin de la vida sea una fuente constante de ansiedad.
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11 / 30 Fotos
El teatro de la ignorancia juvenil
- Schopenhauer comparó la infancia a esperar a que se alce el telón en un teatro. En nuestra ignorancia juvenil, esperamos ilusionados a ver la obra sin saber que lo que estamos a punto de presenciar es un espectáculo de sufrimiento inevitable.
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12 / 30 Fotos
La paradoja de la longevidad
- A pesar del sufrimiento vital, nos aferramos a la existencia y aspiramos a ser felices. Sin embargo, Schopenhauer dijo que la vejez solo conlleva más dolor y lo resumió de la siguiente manera: "El día de hoy es malo y cada día será más malo hasta que llegue el peor".
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La búsqueda de significado
- Si la vida es tan terrible, ¿deberíamos sucumbir a la desesperación? Aunque el antinatalismo cree que la no existencia es preferible, quienes ya están aquí pueden querer encontrar significado en el alivio del dolor ajeno aunque la vida en sí misma siga siendo inherentemente dolorosa.
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14 / 30 Fotos
La respuesta budista
- El budismo nos enseña que el sufrimiento es la esencia de la existencia y que el nirvana (la libertad definitiva) solo se alcanza tras romper el ciclo de renacimiento. Esto coincide con el razonamiento antinatalista de que la no existencia es la única forma de huir del dolor.
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15 / 30 Fotos
La distracción consumista
- La cultura moderna glorifica los viajes, el entretenimiento y el lujo, placeres que a menudo sirven para enmascarar una insatisfacción subyacente. En vez de aportarnos una felicidad duradera, solo nos distraen de la ineludible realidad del sufrimiento.
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16 / 30 Fotos
La naturaleza negativa del placer
- Schopenhauer decía que el placer no es algo verdaderamente positivo, sino un mero alivio del dolor. Los deseos son como las deudas: nos aportan un alivio temporal, pero dan lugar a nuevos antojos que nos atrapan en un ciclo de anhelo interminable.
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17 / 30 Fotos
La llama del deseo
- La filosofía budista equipara los deseos a una llama que debe extinguirse constantemente. Si nunca la prendemos (es decir, si no nacemos), evitamos la lucha interminable que supone querer satisfacer esos deseos y, por lo tanto, el sufrimiento inevitable que los acompaña.
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18 / 30 Fotos
El esquema Ponzi de la procreación
- Los antinatalistas suelen describir la reproducción humana como un esquema de Ponzi. Cada generación sufre y, sin embargo, perpetúa el ciclo con la esperanza de que su descendencia le encuentre sentido a la vida, lo que a su vez genera más sufrimiento a las futuras generaciones.
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19 / 30 Fotos
Contraargumentos
- Los detractores suelen considerar que el antinatalismo es excesivamente pesimista y que ignora las alegrías que nos da la vida. Algunos sostienen que el sufrimiento puede paliarse mediante el progreso social. Otros cuestionan la idea de que la no existencia sea preferible y defienden que la vida, a pesar de sus adversidades, tiene un valor inherente.
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La engañosa promesa del amor
- Hay quienes consideran que el amor es razón suficiente para vivir, pero también conlleva dolor, traición y pérdida. Incluso la más feliz de las relaciones llega a su fin (ya sea por separación o por la muerte) y los antinatalistas creen que esta es prueba suficiente de que el amor por sí solo no justifica la existencia.
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Rechazo irracional
- Muchas personas rechazan el antinatalismo de manera instintiva, ya que creen que la vida es valiosa por defecto. Sin embargo, los filósofos sostienen que esta reacción nace de una programación evolutiva más que de un análisis racional acerca de si la vida es realmente deseable o no.
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El precio de la naturaleza humana
- Los humanos estamos biológicamente programados para reproducirnos, a menudo sin pensar en las consecuencias. Muchos tienen hijos para satisfacer sus deseos personales más que por el beneficio de los propios niños (quienes, una vez nacidos, están condenados a experimentar el sufrimiento).
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Preocupación medioambiental
- Muchos antinatalistas señalan que la crisis ecológica es motivo suficiente para cesar toda procreación. La sobrepoblación agota los recursos naturales, acelera el cambio climático y lleva a la destrucción medioambiental. Al no tener hijos, los antinatalistas creen que están reduciendo su huella ecológica y, por ende, contribuyendo a un planeta más sostenible.
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24 / 30 Fotos
La pregunta del millón
- Si los padres de verdad quieren a sus hijos aún no nacidos, ¿no sería más ético ahorrarles la existencia? Al no crear vida, evitamos el sufrimiento sin privar a nadie de la felicidad, ya que la no existencia no conlleva privación alguna.
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25 / 30 Fotos
La malinterpretación de la extinción voluntaria
- El antinatalismo no consiste en hacer daño a los seres que ya existen sino en prevenir el sufrimiento futuro. No aboga por la destrucción, sino por el cese gradual de la reproducción para así acabar con lo que parece ser un ciclo interminable de dolor.
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26 / 30 Fotos
Camaradería entre quienes sufren
- A pesar del sufrimiento vital, la experiencia compartida que es la existencia fomenta la compasión. Reconocer que todo el mundo sufre nos lleva a ser más amables incluso si la conclusión que extraemos de todo esto es que la vida en sí misma es indeseable.
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27 / 30 Fotos
Repercusiones legales y sociales
- Una adopción generalizada del antinatalismo podría llevar al replanteamiento de las estructuras legales y sociales actuales. Las políticas de planificación familiar, herencia y jubilación requerirían una reconsideración masiva. Algunos antinatalistas abogan por la extinción humana voluntaria, mientras que otros se limitan a promover una mayor responsabilidad personal en lo que a las decisiones reproductivas se refiere.
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La reflexión final
- El antinatalismo plantea un dilema ético. Si bien la existencia nos condena a un destino ineludible, entender la tragedia de nuestra naturaleza puede invitar a quienes quieren ser padres a reflexionar acerca de cómo sus deseos influirán en la vida de sus futuros hijos. Fuentes: (Today) (BBC) (The Conversation) (Real Talk Philosophy) No te pierdas: No tienes tanta ética como dices
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Entendiendo el antinatalismo
- Los antinatalistas sostienen que traer vida a este mundo es inmoral. Algunos creen que los humanos deberían dejar de procrear, mientras que otros aplican esta perspectiva a todos los seres sintientes y defienden que la no existencia es preferible al sufrimiento vital.
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La voz de David Benatar
- El filósofo sudafricano David Benatar, una de las voces más fuertes de la corriente del antinatalismo, sostiene que la existencia siempre es un daño grave. En su libro, 'Better Never to Have Been' (2006) explica largo y tendido por qué prevenir el nacimiento es un acto de bondad.
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La asimetría de la existencia
- El argumento de Benatar se basa en la idea de que la existencia conlleva tanto dolor como placer, mientras que la no existencia no garantiza ni dolor ni privación. Sostiene que esto no hace que la alternativa sea mejor, sino que simplemente nos ahorra el sufrimiento sin que nos perdamos nada.
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La perspectiva budista
- La filosofía budista sugiere que la vida es un ciclo constante de elogios y reproches, pérdida y ganancia, éxito y fracaso, alegría y tristeza. Cada recién nacido pasa inevitablemente a formar parte de él y, por lo tanto, el sufrimiento se convierte en una parte ineludible de su vida.
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Un regalo envenenado
- Incluso si la vida nos aporta alegría, ¿de verdad merece la pena sufrir tanto a cambio? Aunque la música, la comida y el amor enriquezcan nuestros días, coexisten junto al dolor, la pena y la pérdida. Benatar argumenta que el placer, por muy grande que sea, nunca supera la inevitabilidad del sufrimiento.
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Un mundo sin duelo
- Si la no existencia de verdad fuese una tragedia, estaríamos lamentándonos por la falta de personas en planetas distantes y deshabitados, pero no lloramos las vidas que aún no han empezado. Esto sugiere que la no existencia no es una carencia, sino tan solo una oportunidad perdida para sufrir.
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La ilusión de una vida plena
- A pesar del razonamiento de Benatar, muchas personas dicen ser felices y sentirse agradecidas por existir. Sin embargo, esta perspectiva podría nacer de los sesgos que se tienen de forma innata como el principio de Pollyanna, según el cual tendemos a recordar las experiencias positivas más que las negativas, lo que nos hace ser irracionalmente optimistas.
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La perspectiva de Schopenhauer
- El filósofo alemán Arthur Schopenhauer, uno de los pesimistas más notorios de la historia, sostenía que el dolor es más intenso que el placer. Su experimento mental (el cual comparaba la experiencia de un animal devorado con el placer del depredador al devorarlo) plasma este desequilibrio a la perfección.
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La tragedia del nacimiento
- Desde el trauma del parto hasta la marcha inexorable hacia la muerte, la existencia no es más que un ciclo de sufrimiento. Incluso quienes viven con todo tipo de comodidades experimentan lo que es la pérdida, la insatisfacción, el envejecimiento y el temor existencial a la mortalidad.
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Sufrimiento humano
- La guerra, la pobreza, la enfermedad, la adicción, la soledad... La humanidad está plagada de sufrimiento, ya sea autoinfligido o impuesto por la naturaleza. Los antinatalistas sostienen que, incluso en momentos de comodidad, el dolor acecha bajo la superficie, lo que demuestra que las adversidades vitales superan a las alegrías.
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La inevitabilidad de la muerte
- Da igual cuánto placer ofrezca la vida, ya que al final todo nos lleva a la muerte. El miedo a lo desconocido, el dolor de la pérdida y la lucha por aferrarnos a momentos fugaces hacen que el fin de la vida sea una fuente constante de ansiedad.
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El teatro de la ignorancia juvenil
- Schopenhauer comparó la infancia a esperar a que se alce el telón en un teatro. En nuestra ignorancia juvenil, esperamos ilusionados a ver la obra sin saber que lo que estamos a punto de presenciar es un espectáculo de sufrimiento inevitable.
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La paradoja de la longevidad
- A pesar del sufrimiento vital, nos aferramos a la existencia y aspiramos a ser felices. Sin embargo, Schopenhauer dijo que la vejez solo conlleva más dolor y lo resumió de la siguiente manera: "El día de hoy es malo y cada día será más malo hasta que llegue el peor".
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La búsqueda de significado
- Si la vida es tan terrible, ¿deberíamos sucumbir a la desesperación? Aunque el antinatalismo cree que la no existencia es preferible, quienes ya están aquí pueden querer encontrar significado en el alivio del dolor ajeno aunque la vida en sí misma siga siendo inherentemente dolorosa.
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La respuesta budista
- El budismo nos enseña que el sufrimiento es la esencia de la existencia y que el nirvana (la libertad definitiva) solo se alcanza tras romper el ciclo de renacimiento. Esto coincide con el razonamiento antinatalista de que la no existencia es la única forma de huir del dolor.
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La distracción consumista
- La cultura moderna glorifica los viajes, el entretenimiento y el lujo, placeres que a menudo sirven para enmascarar una insatisfacción subyacente. En vez de aportarnos una felicidad duradera, solo nos distraen de la ineludible realidad del sufrimiento.
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La naturaleza negativa del placer
- Schopenhauer decía que el placer no es algo verdaderamente positivo, sino un mero alivio del dolor. Los deseos son como las deudas: nos aportan un alivio temporal, pero dan lugar a nuevos antojos que nos atrapan en un ciclo de anhelo interminable.
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La llama del deseo
- La filosofía budista equipara los deseos a una llama que debe extinguirse constantemente. Si nunca la prendemos (es decir, si no nacemos), evitamos la lucha interminable que supone querer satisfacer esos deseos y, por lo tanto, el sufrimiento inevitable que los acompaña.
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El esquema Ponzi de la procreación
- Los antinatalistas suelen describir la reproducción humana como un esquema de Ponzi. Cada generación sufre y, sin embargo, perpetúa el ciclo con la esperanza de que su descendencia le encuentre sentido a la vida, lo que a su vez genera más sufrimiento a las futuras generaciones.
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Contraargumentos
- Los detractores suelen considerar que el antinatalismo es excesivamente pesimista y que ignora las alegrías que nos da la vida. Algunos sostienen que el sufrimiento puede paliarse mediante el progreso social. Otros cuestionan la idea de que la no existencia sea preferible y defienden que la vida, a pesar de sus adversidades, tiene un valor inherente.
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La engañosa promesa del amor
- Hay quienes consideran que el amor es razón suficiente para vivir, pero también conlleva dolor, traición y pérdida. Incluso la más feliz de las relaciones llega a su fin (ya sea por separación o por la muerte) y los antinatalistas creen que esta es prueba suficiente de que el amor por sí solo no justifica la existencia.
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Rechazo irracional
- Muchas personas rechazan el antinatalismo de manera instintiva, ya que creen que la vida es valiosa por defecto. Sin embargo, los filósofos sostienen que esta reacción nace de una programación evolutiva más que de un análisis racional acerca de si la vida es realmente deseable o no.
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El precio de la naturaleza humana
- Los humanos estamos biológicamente programados para reproducirnos, a menudo sin pensar en las consecuencias. Muchos tienen hijos para satisfacer sus deseos personales más que por el beneficio de los propios niños (quienes, una vez nacidos, están condenados a experimentar el sufrimiento).
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- Muchos antinatalistas señalan que la crisis ecológica es motivo suficiente para cesar toda procreación. La sobrepoblación agota los recursos naturales, acelera el cambio climático y lleva a la destrucción medioambiental. Al no tener hijos, los antinatalistas creen que están reduciendo su huella ecológica y, por ende, contribuyendo a un planeta más sostenible.
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La pregunta del millón
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La malinterpretación de la extinción voluntaria
- El antinatalismo no consiste en hacer daño a los seres que ya existen sino en prevenir el sufrimiento futuro. No aboga por la destrucción, sino por el cese gradual de la reproducción para así acabar con lo que parece ser un ciclo interminable de dolor.
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Camaradería entre quienes sufren
- A pesar del sufrimiento vital, la experiencia compartida que es la existencia fomenta la compasión. Reconocer que todo el mundo sufre nos lleva a ser más amables incluso si la conclusión que extraemos de todo esto es que la vida en sí misma es indeseable.
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- El antinatalismo plantea un dilema ético. Si bien la existencia nos condena a un destino ineludible, entender la tragedia de nuestra naturaleza puede invitar a quienes quieren ser padres a reflexionar acerca de cómo sus deseos influirán en la vida de sus futuros hijos. Fuentes: (Today) (BBC) (The Conversation) (Real Talk Philosophy) No te pierdas: No tienes tanta ética como dices
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Por qué cada vez más personas optan por el antinatalismo
¿Es la vida un regalo o una carga ineludible?
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¿Es la vida un regalo o un pesar con el que debemos cargar contra nuestra voluntad? Durante gran parte de la historia de la humanidad, la procreación se ha visto no solo como algo natural, sino también necesario: un acto incuestionable que garantiza la perpetuación de la especie. Pero algunas personas sostienen que la vida es un ciclo ineludible de sufrimiento, lo que hace que la no existencia sea preferible a sus ojos. Esta perspectiva filosófica conocida como antinatalismo pone en tela de juicio la creencia profundamente arraigada en la sociedad de que traer vida al mundo es algo bueno. Tanto si estamos de acuerdo como si no, lo cierto es que el antinatalismo nos obliga a confrontar las verdades más incómodas de la vida y la responsabilidad que supone criar a alguien. Si quieres conocer mejor los argumentos de quienes se posicionan en contra de la procreación, ¡haz clic para seguir leyendo!
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