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Conociendo tu sombra -

A principios del siglo XX, el famoso psiquiatra suizo Carl Jung dividió la personalidad en cuatro arquetipos: persona, ánima/ánimus, sombra y sí-mismo.

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Ocultarse entre las sombras -

Según su teoría, la sombra son todos los rasgos de nuestra personalidad que escondemos de los demás y todos los patrones de pensamiento que desearíamos no tener.

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Desde pequeños -

La sombra normalmente se desarrolla durante la infancia y abarca todo lo que nos frena, desde los traumas hasta las percepciones negativas.

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Cómo nos afecta -

La sombra nos afecta de muchas formas (en su mayoría negativas). En primer lugar, puede hacer que juzguemos innecesariamente a los demás.

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Juzgar a los demás -

En el fondo puede que tengamos miedo a que los demás nos juzguen por las cosas que nos callamos, por lo que preferimos adelantarnos.

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Señalar los defectos ajenos -

La sombra también nos empuja a criticar los defectos de los demás. Si hay un aspecto de nuestra personalidad que no nos gusta, resulta más fácil cebarse con quienes también lo tienen.

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Señalar los defectos ajenos -

Un ejemplo de este tipo de proyección es que un padre critique a su hijo por mentir aunque a él también le cueste decir la verdad.

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Hacernos la víctima -

Por último, la sombra puede empujarnos a hacernos la víctima y culpar a los demás por situaciones que hemos creado nosotros mismos.

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Hacernos la víctima -

Puede que esto nazca del deseo de no exponernos a cosas desagradables y de no dejar entrever una parte de nosotros que nos gustaría que permaneciese oculta.

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¿Por qué debemos trabajarla? -

El objetivo final de trabajar nuestra sombra es aceptar las partes de nosotros mismos que hemos aprendido a ocultar y que queremos suprimir de forma instintiva.

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En resumen -

La idea es que al dejar al descubierto y aceptar las partes oscuras de nuestra personalidad podemos integrarlas en nuestra identidad y dejar de actuar en base a ellas de forma inconsciente.

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Un proceso constante -

Hay que tener en cuenta que se trata de un trabajo constante y que los cambios significativos no ocurren de la noche a la mañana.

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Los beneficios - Dicho esto, los beneficios pueden ser enormes. En primer lugar, los expertos creen que trabajar nuestra sombra puede ayudarnos a tener una visión más holística de nosotros mismos.

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Mejorar las relaciones -

También puede ayudarnos a relacionarnos mejor con los demás, ya que una vez nos entendemos y confiamos más en nosotros mismos, esa confianza se refleja en nuestras relaciones.

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Curar las heridas de la infancia -

Trabajar la sombra también puede ayudarnos a cerrar heridas de la infancia y hacernos reflexionar sobre la forma en que querríamos criar a nuestros hijos (si es que queremos tenerlos).

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Sustituir las conductas destructivas -

Por último, trabajar la sombra puede ayudarnos a cubrir nuestras necesidades de forma más sana y a reemplazar las conductas destructivas por otras constructivas.

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Cómo trabajar la sombra -

Ten en cuenta que trabajar la sombra no siempre es ni fácil ni agradable. Habrá momentos en los que te cueste sentarte y ponerte a ello.

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Respira hondo -

Para facilitar las cosas un poco, haz unos ejercicios de respiración antes de cada sesión. De esta forma te sentirás más presente y calmarás el cuerpo y la mente.

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Da un paso atrás -

El primer paso es observar tu vida con objetividad. Da un paso atrás y pregúntate cómo reaccionaría un amigo tuyo a tu comportamiento en una situación determinada.

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Piensa con objetividad -

Hacerte preguntas como "¿Por qué me sentí así?" te ayudará a identificar tus sentimientos y patrones de comportamiento.

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Sé honesto contigo mismo -

Puede que este sea el consejo más importante. Aunque sea doloroso, resulta crucial para que el trabajo surta efecto.

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Sé honesto contigo mismo -

Si te cuesta aceptar la verdad, recuerda que estás aprendiendo de lo que haces y que te estás convirtiendo en una mejor versión de ti mismo.

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Cuestiónate tus reacciones -

Aunque no estés en una sesión, puedes cuestionarte tus reacciones instintivas para seguir trabajando en tu sombra.

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Cuestiónate tus reacciones -

Por ejemplo, la próxima vez que estés a punto de juzgar a alguien o de hacer un comentario grosero, para y pregúntate a ti mismo por qué te sientes así.

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Reconoce, entiende y perdona -

Una vez sepas más sobre los aspectos ocultos de tu personalidad y cómo estos afectan negativamente a tu vida, es momento de reconocerlos y de perdonarte a ti mismo por ellos.

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Reconoce, entiende y perdona -

Asegúrate de dedicarte el tiempo y el espacio necesarios para avanzar y recuerda que la curación no ocurre de la noche a la mañana. ¡Sé amable contigo mismo!

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Prueba la terapia artística -

Una forma más específica de trabajar en tu sombra es probar la terapia artística. La pintura, el baile y el canto son formas de arte que pueden ayudarte a conectar con las partes oscuras de tu personalidad.

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Prueba la terapia artística -

Escoge tu medio preferido (o uno que no hayas probado nunca) y deja fluir tus sentimientos.

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Ve al psicólogo -

Por último, puede que te convenga ir a un psicólogo especializado en el arquetipo de la sombra. De hecho, algunos están entrenados para guiar a las personas a través de este proceso.

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Ve al psicólogo -

Cuando vayas a una sesión (si vas), el psicólogo puede usar un estado meditativo para ayudarte a sacar a flote los aspectos más profundos de tu sombra.

Fuentes: (Healthline) (WikiHow)

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