Esta es la razón de que le caigas mal a la gente

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Puedes no caer bien por muchos motivos -

La gente tiene todo tipo de prejuicios y miles de motivos para no llevarse bien contigo. Desde las cuestiones culturales y personales hasta la intolerancia, existen muchos factores que pueden influir en la opinión que alguien tiene sobre ti.

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No siempre es tu culpa -

Echemos un vistazo a las razones por las que puedes no gustarle a la gente (y estas no son culpa tuya).

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Triunfas más -

No solo triunfas allá donde vas, sino que encima tienes más éxito que la persona a la que le caes mal.

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Les recuerdas a ellos mismos -

No es tu culpa no caerle bien a alguien porque le recuerdas a su propia forma de ser.

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Eres un recordatorio de sus fracasos -

Esto suele ocurrir cuando dos personas están al mismo nivel pero una avanza antes que la otra (p. ej., ambos desempeñabais las mismas funciones pero solo tú te llevaste el ascenso).

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No tienen lo que tú tienes -

Ya sea dinero, éxito, una relación, una familia o algo tan simple como un accesorio o seguidores en redes sociales.

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Eres más atractivo -

Puede que seas alguien atractivo y que la otra persona te vea como una potencial amenaza para su vida sentimental.

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Eres más inteligente -

Igual eres más listo y la otra persona se siente amenazada por el uso que puedas hacer de tu inteligencia en el trabajo o cualquier otro ámbito.

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Piensas por ti mismo -

Algunas personas no llevan bien que los demás piensen por sí mismos y no sean fáciles de manipular.

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Eres honesto -

Puede que no te cueste decir la verdad. No obstante, compartir abiertamente tus opiniones puede hacer que te ganes varios enemigos. ¡Las cosas como son!

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Tienen prejuicios -

A veces, sea cual sea el motivo, la gente tiene prejuicios sobre ti. Esto puede deberse a tu origen o a la forma en la que vistes o hablas. ¡A saber!

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Eres generoso -

Esto puede hacer que algunas personas sientan rechazo, ya que tu bondad y amabilidad les pone en evidencia.

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Atracción fatal -

Sí, aunque sea paradójico, puede que la otra persona se sienta atraída por ti y no sepa cómo gestionarlo.

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Son criticones empedernidos -

Algunas personas solo quieren llamar la atención y la única forma que tienen de hacerlo es criticando a los demás alto y claro.

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Son intolerantes -

Puede que la otra persona se esté dejando llevar por sus prejuicios, ya sea racismo, machismo, homofobia o cualquier otra forma de intolerancia.

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Puede que no sea tan terrible como crees -

Aunque sientas que no caes bien, puede que se trate de un reflejo de otro problema. La paranoia, por ejemplo, independientemente de la causa, puede hacerte creer que los demás no te soportan cuando en realidad no es así.

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Puede que no sea tan terrible como crees -

La soledad también puede desencadenar este tipo de sentimientos que distan mucho de la realidad.

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Puede que no sea tan terrible como crees -

El acoso también puede hacerte creer que no caes bien y generarte inseguridad.

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Puede que sea tu culpa -

A veces, sin embargo, puede que sí sea tu culpa. Si quieres saber cuál es el motivo, aquí te dejamos varias posibilidades.

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Mientes -

A nadie le gusta que le mientan. Una cosa es decir una mentira piadosa de vez en cuando y otra muy diferente mentir de manera compulsiva sobre asuntos serios sin asumir ni un ápice de responsabilidad por el daño causado.

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Presumes -

Alardear puede ser muy molesto, sobre todo porque la gente suele hacerlo para aparentar ser mejor que los demás delante de sus narices. ¿Pecas de presumir demasiado? Si es así, recuerda que no hay necesidad.

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Eres un sabelotodo -

Creer que lo sabes todo no solo es pretencioso, sino también muy molesto.

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Las personas no se sienten seguras a tu alrededor -

Puede que te comportes de manera irresponsable a menudo y que te pongas a ti y a los demás en peligro. Si la gente no se siente segura a tu alrededor, intentará evitarte.

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Eres egoísta -

Si solo piensas en ti mismo y no te importa lo que le ocurra a los demás, la gente no tardará en darse cuenta y puede que acabe desconfiando de ti y no queriendo pasar tiempo contigo.

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Usas a la gente -

Ser manipulador es, sin duda, una forma muy rápida de hacer enemigos. Si usas a los demás para tu propio beneficio, entonces no debería sorprenderte que no les caigas bien.

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No escuchas -

Si no prestas atención a lo que los demás tienen que decir, ¿cómo pretendes caerles bien? Lo mismo se aplica a si no paras de interrumpirles o, directamente, no les dejas hablar.

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Eres muy dependiente -

Si eres un vampiro energético que necesita atención las 24 horas del día y tu única forma de conseguir lo que quieres es hacerte la víctima, entonces ten por seguro que la gente no querrá verte ni en pintura.

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Eres un consentido -

A nadie le gusta la gente consentida. Si este es tu caso, a los demás les costará mucho sentirse identificados contigo.

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Eres criticón y de mente cerrada -

Si te pasas el día criticando a todo el mundo, ¿qué esperabas? No hay dos personas iguales y solo porque los valores de los demás no encajen con los tuyos no significa que no sean válidos. Si le faltas el respeto a quienes están a tu alrededor, no tardarán en empezar a hacer lo mismo contigo.

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Eres perezoso -

Todos procrastinamos de vez en cuando, pero no hacer absolutamente nada día sí y día también hará que los demás se sientan resentidos contigo.

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Eres tacaño -

¡A pesar de que te sobra el dinero! Puede que a algunas personas no les siente bien que tengas el puño tan cerrado.

Fuentes: (LovePanky) (Live Bold and Bloom) (A Conscious Rethink)

Ver también: Lo que tus compañeros de trabajo detestan de ti

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Puedes no caer bien por muchos motivos -

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No siempre es tu culpa -

Echemos un vistazo a las razones por las que puedes no gustarle a la gente (y estas no son culpa tuya).

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Triunfas más -

No solo triunfas allá donde vas, sino que encima tienes más éxito que la persona a la que le caes mal.

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Les recuerdas a ellos mismos -

No es tu culpa no caerle bien a alguien porque le recuerdas a su propia forma de ser.

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Eres un recordatorio de sus fracasos -

Esto suele ocurrir cuando dos personas están al mismo nivel pero una avanza antes que la otra (p. ej., ambos desempeñabais las mismas funciones pero solo tú te llevaste el ascenso).

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No tienen lo que tú tienes -

Ya sea dinero, éxito, una relación, una familia o algo tan simple como un accesorio o seguidores en redes sociales.

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Eres más atractivo -

Puede que seas alguien atractivo y que la otra persona te vea como una potencial amenaza para su vida sentimental.

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Eres más inteligente -

Igual eres más listo y la otra persona se siente amenazada por el uso que puedas hacer de tu inteligencia en el trabajo o cualquier otro ámbito.

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Piensas por ti mismo -

Algunas personas no llevan bien que los demás piensen por sí mismos y no sean fáciles de manipular.

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Eres honesto -

Puede que no te cueste decir la verdad. No obstante, compartir abiertamente tus opiniones puede hacer que te ganes varios enemigos. ¡Las cosas como son!

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Tienen prejuicios -

A veces, sea cual sea el motivo, la gente tiene prejuicios sobre ti. Esto puede deberse a tu origen o a la forma en la que vistes o hablas. ¡A saber!

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Eres generoso -

Esto puede hacer que algunas personas sientan rechazo, ya que tu bondad y amabilidad les pone en evidencia.

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Atracción fatal -

Sí, aunque sea paradójico, puede que la otra persona se sienta atraída por ti y no sepa cómo gestionarlo.

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Son criticones empedernidos -

Algunas personas solo quieren llamar la atención y la única forma que tienen de hacerlo es criticando a los demás alto y claro.

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Son intolerantes -

Puede que la otra persona se esté dejando llevar por sus prejuicios, ya sea racismo, machismo, homofobia o cualquier otra forma de intolerancia.

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Puede que no sea tan terrible como crees -

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Puede que no sea tan terrible como crees -

La soledad también puede desencadenar este tipo de sentimientos que distan mucho de la realidad.

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Puede que no sea tan terrible como crees -

El acoso también puede hacerte creer que no caes bien y generarte inseguridad.

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Puede que sea tu culpa -

A veces, sin embargo, puede que sí sea tu culpa. Si quieres saber cuál es el motivo, aquí te dejamos varias posibilidades.

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Mientes -

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Presumes -

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Eres un sabelotodo -

Creer que lo sabes todo no solo es pretencioso, sino también muy molesto.

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Las personas no se sienten seguras a tu alrededor -

Puede que te comportes de manera irresponsable a menudo y que te pongas a ti y a los demás en peligro. Si la gente no se siente segura a tu alrededor, intentará evitarte.

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Eres egoísta -

Si solo piensas en ti mismo y no te importa lo que le ocurra a los demás, la gente no tardará en darse cuenta y puede que acabe desconfiando de ti y no queriendo pasar tiempo contigo.

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Usas a la gente -

Ser manipulador es, sin duda, una forma muy rápida de hacer enemigos. Si usas a los demás para tu propio beneficio, entonces no debería sorprenderte que no les caigas bien.

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No escuchas -

Si no prestas atención a lo que los demás tienen que decir, ¿cómo pretendes caerles bien? Lo mismo se aplica a si no paras de interrumpirles o, directamente, no les dejas hablar.

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Eres muy dependiente -

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Eres un consentido -

A nadie le gusta la gente consentida. Si este es tu caso, a los demás les costará mucho sentirse identificados contigo.

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Eres criticón y de mente cerrada -

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Eres perezoso -

Todos procrastinamos de vez en cuando, pero no hacer absolutamente nada día sí y día también hará que los demás se sientan resentidos contigo.

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Eres tacaño -

¡A pesar de que te sobra el dinero! Puede que a algunas personas no les siente bien que tengas el puño tan cerrado.

Fuentes: (LovePanky) (Live Bold and Bloom) (A Conscious Rethink)

Ver también: Lo que tus compañeros de trabajo detestan de ti

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Esta es la razón de que le caigas mal a la gente

¿Eres tú o son los demás?

17/10/24 | StarsInsider

ESTILO DE VIDA Personalidad

¿Alguna vez te has preguntado por qué no caes bien? ¿O has sentido que todos te odian? Aunque esto rara vez se corresponde con la realidad, es inevitable sentir que, en ocasiones, no le gustas a la gente. Es normal no llevarse bien con todo el mundo: todos tenemos nuestras diferencias, incompatibilidades y, por supuesto, prejuicios. Hay muchas razones por las que puedes no encajar en tu entorno y, aunque es normal que no quieras responsabilizarte de las que no son tu culpa, puede que te interese trabajar en cambiar las que sí lo son. ¿Listo para un autoanálisis? ¡Entonces sigue leyendo!