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Ser el trabajador perfecto -

Igual creías que ser el ojito derecho del jefe te iba a traer éxito y felicidad, pero en realidad solo te estás dejando la salud física y mental en lograr los objetivos de la empresa. ¡Por no hablar de cómo está afectando a tus relaciones!

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Crecer -

Cuando somos pequeños solo queremos crecer para hacer lo que nos dé la gana y pasamos por alto lo importante que es madurar. En lugar de disfrutar de cada etapa de la vida, los años se nos van pensando en el futuro.

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Casarse -

Puede que estés más enamorado de la idea de la boda que de la de estar para siempre con el amor de tu vida. Cuando te centras en los aspectos superficiales de las bodas, te olvidas de lo más importante: el motivo de la celebración. Plantéate si de verdad el matrimonio es algo que deseas o si solo te estás dejando llevar por la presión social.

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Problemas relacionados con el trabajo -

En lugar de quedarte hasta tarde con tus seres queridos, te pasas la noche en vela intentando acabar un proyecto a tiempo para impresionar a tu jefe o lograr un ascenso. En el futuro, probablemente te arrepentirás de no haber pasado más tiempo con tu familia y amigos.

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Tener una carrera universitaria -

La gente suele dejarse llevar por la "titulitis" y se olvida de los aspectos verdaderamente importantes de la universidad, como el autodescubrimiento, el progreso y el desarrollo personal. Además, tener un título universitario no es garantía de un futuro laboral perfecto.

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Tener productos de lujo -

Los bolsos y relojes de lujo son objetos sobrevalorados que no merecen la pena. No dejes que tus accesorios te definan.

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Tener un cuarto de invitados -

A todos nos gusta tener invitados, pero disponer de un cuarto solo para ellos a menudo implica acabar con un espacio inutilizado dentro de casa.

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Tener razón -

La mayoría de discusiones nacen del deseo de tener razón, aunque sea por nimiedades. Sin embargo, si esto te va a costar una relación, lo más probable es que no merezca la pena.

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Ser siempre el primero en lograr las cosas -

Ser el primero en llegar a la línea de meta no siempre es importante. ¿Por qué no te centras en disfrutar del proceso y no tanto en los resultados?

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Viajar a ciertos destinos -

Hay sitios que parecen paradas obligatorias en la vida, pero si por fin has sacado tiempo y dinero para irte de viaje, plantéate a dónde te apetece ir de verdad. Lo importante es disfrutar de la experiencia y no tachar destinos de la lista solo porque todo el mundo vaya a los mismos sitios.

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Tener hijos -

Mucha gente sueña con tener hijos, pero no todo el mundo es igual. Si tú no quieres ser padre, olvídate de la presión social y céntrate en esos objetivos vitales que de verdad te harían feliz.

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Ser productivo -

Una cosa es hacer las tareas del día a día y otra no despegarte de la computadora. Una productividad exagerada puede ser tóxica y afectar negativamente a tu bienestar, relaciones y descanso. Acuérdate siempre de hacer pausas y de no perder de vista lo que de verdad importa.

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Los objetivos que merecen la pena -

Marcarnos metas vitales nos da un propósito y nos aporta felicidad. Esto, a su vez, nos ayuda a llevar una vida plena y nos anima a dejar huella. A continuación, te ofrecemos una lista de objetivos que de verdad merecen la pena.

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Tener una buena rutina de ejercicio -

No hay que subestimar el poder del ejercicio: mejora la salud, el estado de ánimo, los niveles de energía y la felicidad en general.

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Encontrar una forma de contribuir a la sociedad -

Trabajar como voluntario no solo ayuda a los demás, sino que también está demostrado que es gratificante y aporta felicidad. Si hay alguna causa que te apasione, investiga cómo puedes colaborar.

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Tener una vía de escape creativa -

Todos tenemos habilidades creativas, por lo que encontrar una forma de darles rienda suelta es una manera estupenda de obtener felicidad a largo plazo. La creatividad se manifiesta de muchas formas, ya sea mediante la pintura, la música, la escritura, la cocina o el paisajismo.

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Cultivar la consciencia plena -

Si quieres llevar una vida más plena, entonces tienes que aprender a centrarte en el presente. Meditar o escribir un diario pueden ayudarte a conseguirlo.

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Ser amable todos los días -

Otra forma estupenda de cultivar la consciencia plena es ser amable con los demás. Aunque estés de mal humor, no lo pagues con los otros y encuentra una forma de compartir tu bondad. Los pequeños gestos, como sujetarle la puerta a alguien, son una gran forma de hacerlo.

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Tener conexiones profundas -

Tener relaciones positivas aporta felicidad y motivación. Al fin y al cabo, las personas con las que te juntas te definen. Tener conversaciones profundas y vulnerables te ayudará a fortalecer tus vínculos.

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Cortar los lazos negativos -

Las malas relaciones, sin embargo, te drenan la energía, te roban tiempo y marchitan tu felicidad. Para poder tener relaciones significativas, antes tienes que librarte de las negativas.

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Rodearte de gente a la que admires -

Para alcanzar tu máximo potencial, tienes que rodearte de gente amable y positiva. Nos guste o no, las personas con las que nos relacionamos nos dejan huella, por eso es tan importante escoger bien con quién nos juntamos.

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Aprender de los fracasos -

A nadie le gusta fallar, pero el fracaso es uno de los mejores maestros que existen. Intenta aprender de él para cultivar la sabiduría.

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Conocerte a ti mismo -

Conocerte en profundidad, con tus defectos y cualidades, te ayudará a llevar una vida más plena. Acéptate tal y como eres y céntrate en convertirte en la mejor versión de ti mismo sin compararte con los demás.

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Hacer algo que te dé miedo -

Atrevernos a hacer cosas que nos dan miedo nos hace más fuertes y valientes, aunque solo lo intentemos una vez. Cuando lo consigas, te sentirás orgulloso de ti mismo.

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Arriesgarte -

Como se suele decir, ¡si no lo intentas, nunca lo sabrás! Si quieres abrir un negocio o mudarte a otro país, atrévete a dar el paso y a salir de tu zona de confort. Solo así podrás contribuir a tu propio desarrollo personal.

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Definir tus valores -

Mucha gente no sabe decir qué es lo que realmente le importa. Si quieres llevar una vida plena y satisfactoria, empieza por definir cuáles son tus valores para vivir acorde a ellos.

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Probar cosas nuevas -

La mayoría solemos hacer las mismas cosas día sí y día también, pero si quieres llevar una vida plena, intenta hacer cosas nuevas. Puede ser algo tan sencillo como ir en bicicleta al trabajo si siempre vas en transporte público.

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Ser la versión más auténtica de ti mismo cada día -

Vivir la vida que los demás quieren para ti solo te hará infeliz. Tómate tu tiempo para descubrir tus puntos fuertes y débiles, tus valores y tu propia personalidad. Solo así sabrás qué es lo que realmente quieres hacer con tu vida.

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Trazar un plan de vida -

Un plan de vida puede ayudarte a proyectar tu futuro. Cuando llegamos a la vejez, muchos se arrepienten de no haber arriesgado más. De esta forma, puedes plantearte dónde te ves en el futuro y trabajar cada día por conseguirlo.

Fuentes: (Lifehack 1 and 2) (Flash Pack)

Ver también: Las mejores formas de desestresarte y liberar la mente

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