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La rabia de olvidar algo -

Todos hemos pasado por ese momento angustiante de no recordar el nombre de alguien o tener la respuesta en la punta de la lengua.

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El lado positivo -

No cabe duda de que olvidar cosas resulta molesto. No obstante, los estudios demuestran que puede llegar a ser una técnica de lo más valiosa.

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La teoría -

Para entender cómo el olvido puede beneficiarnos, antes necesitamos comprender cómo funcionan los recuerdos. Lo primero que hay que saber es que no existen recuerdos débiles o intensos.

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Recuperación -

Más bien se componen de dos factores: la recuperación y el almacenamiento. El primero hace referencia a cómo de rápido podemos evocar un recuerdo.

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Almacenamiento -

El almacenamiento está relacionado con el arraigo de dicho recuerdo en tu cabeza. Veamos algunos ejemplos para poder entenderlo mejor.

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El nombre de tus padres -

Un recuerdo fácil de recuperar y almacenar es, por ejemplo, el nombre de tus padres o hermanos.

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Un número de teléfono -

Por el contrario, te costará recuperar y almacenar un número de teléfono que has intentado memorizar hace cinco minutos.

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El nombre del amigo del amigo -

El nombre de alguien a quien acabas de conocer en una fiesta puede que sea fácil de recuperar, pero no de almacenar. ¡Los nombres se olvidan muy rápido!

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La letra de tu canción preferida -

Por último, la letra de tu canción favorita está bien almacenada, pero no siempre es fácil de recuperar.

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Recuperación vs. almacenamiento -

Utilizar el olvido como una ventaja se basa en encontrar el equilibrio entre una capacidad y la otra.

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Recuperación forzada -

Los estudios demuestran que podemos aumentar nuestra capacidad de almacenamiento de recuerdos mediante lo que los expertos denominan "recuperación forzada".

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¿Qué significa? -

Básicamente, significa que si aprendemos algo nuevo, lo olvidamos temporalmente y poco después hacemos un esfuerzo por acordarnos, estaremos aumentando nuestras probabilidades de recordarlo a largo plazo.

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Ejemplo práctico -

Imagina que estás en una fiesta y acaban de presentarte al amigo de un amigo.

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Ejemplo práctico -

Aunque te repitas a ti mismo su nombre durante cinco veces seguidas, lo más probable es que al día siguiente ya ni te acuerdes de él.

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La recuperación forzada en acción -

Sin embargo, si buscas a esa persona con la mirada una hora más tarde después de conocerla y haces un esfuerzo por acordarte de su nombre, aumentarás las probabilidades de recordarlo al día siguiente.

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El efecto -

La recuperación forzada nos ayuda a aumentar el almacenamiento y recuperación de recuerdos, lo que hará que retener la información a largo plazo sea mucho más factible.

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Cómo aplicarlo a los estudios -

El olvido "programado" puede ser muy beneficioso para quienes estudian. Aunque al principio pueda resultar molesto, al final da sus frutos.

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Espaciar las sesiones de estudio -

Espaciar las sesiones de estudio permite generar ese tipo de olvido que, en última instancia, ayuda a tener mejores recuerdos. Cambiar de una materia a otra también tiene el mismo efecto.

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Pausas -

Dejar a un lado los apuntes y volver a ellos un tiempo después también puede ser beneficioso para aquellos estudiantes con una falsa sensación de control.

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Un falso sentido de seguridad -

Esto se debe a que las cosas que fueron fáciles de recordar durante una sesión de estudio puede que no sean tan sencillas de recuperar unos días más tarde.

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El sistema actual -

A pesar de los efectos beneficiosos de este enfoque, la mayoría de sistemas educativos no lo favorecen.

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Procrastinar -

De hecho, las investigaciones demuestran que los estudiantes que se preparan para el examen la noche anterior suelen sacar mejores notas que quienes no lo dejan para el último minuto.

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Aprendizaje gradual -

Solo semanas o meses después de los exámenes se puede apreciar que quienes estudiaron de forma gradual recuerdan mejor las cosas.

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Un mundo de proscrastinadores -

Pero, claro está, para entonces los procrastinadores ya se han llevado el premio.

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Posible conclusión -

En este sentido, podría decirse que los sistemas educativos actuales no incentivan las técnicas de aprendizaje que hacen que los alumnos retengan a largo plazo la información que reciben en clase.

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Ponerlo en práctica -

Eso no quiere decir que esta técnica no se pueda poner en práctica en otras circunstancias. La próxima vez que quieras aprender algo nuevo, ¿por qué no la pruebas?

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Un ejemplo real -

Si, por ejemplo, quieres aprender una serie de palabras en otro idioma, intenta repetirlas cinco veces y dejarlas a un lado. Vuelve a leer la lista unas horas más tarde y repite el ejercicio para ayudar a que la información empiece a hacerse un hueco en tu memoria.

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En resumen -

El cerebro tiene una capacidad asombrosa para retener información, por lo que técnicas como esta pueden ayudarnos a sacarle el máximo provecho.

Fuentes: (BBC)

Ver también: ¿Qué lado del cerebro empleas más?

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