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Hincar la rodilla -

Según la tradición, el hombre es quien debe arrodillarse para pedir matrimonio. Es un gesto que demuestra que está dispuesto a entregarse a los deseos y necesidades de su pareja.

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El anillo de compromiso -

Los anillos de pedida o compromiso con diamantes se popularizaron gracias a los sicilianos, quienes creían que esta piedra preciosa se forjaba en los fuegos del amor. La idea de colocarlo en el dedo anular viene de la antigua Grecia. Por aquel entonces se creía que a este dedo lo recorría la vena del amor, la cual iba directa al corazón.

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El vestido blanco -

A menudo asociado a la pureza y la virginidad, el vestido blanco en realidad no se puso de moda hasta que la reina Victoria del Reino Unido vistió uno para su boda en 1840. Hasta ese momento, las novias se vestían de cualquier color.

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La liga -

La liga se consideraba un símbolo de amor muy valioso con propiedades mágicas y se lo asociaba a la fertilidad. El hombre intentaba arrancársela a la mujer y colocársela en el sombrero para atraer la buena suerte.

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La niña de las flores -

Esta tradición viene de la antigua Roma, donde las jóvenes vírgenes portaban espigas de trigo, un símbolo de buena fortuna para los recién casados.

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Atar latas a la parte de atrás del automóvil -

Esta tradición viene de una antigua celebración que solía tener lugar la noche anterior a la boda. Los vecinos salían a la calle golpeando cazuelas y sartenes para hacer el mayor ruido posible y así espantar a los espíritus malignos.

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Los regalos para los invitados -

En los tiempos de la aristocracia europea del siglo XVI, los recién casados regalaban unas pequeñas cajas de cristal, porcelana y piedras preciosas llenas de dulces o terrones de azúcar a sus invitados.

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El beso -

Antiguamente, el cura solía darle un "beso de paz" al novio, quien luego se lo daba a la novia. Era una forma de bendecir el matrimonio dentro de la iglesia.

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Las damas de honor -

En la antigua Roma, las damas de honor servían para distraer y confundir a los espíritus malignos que intentasen hacer daño a la novia.

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El portador de los anillos y el almohadón -

El almohadón simboliza la promesa de que los sueños se hacen realidad. El niño que lo lleva suele representar la inocencia, el futuro y los nuevos comienzos.

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El ramo -

En la era victoriana, las novias solían llevar un ramo de ajo, eneldo, trigo y hiedra. Se creía que su fuerte olor ayudaba a mantener alejados a los espíritus malignos. También se lo veía como un símbolo de fertilidad.

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Las campanas -

Tocar las campanas durante y después de la boda es una tradición procedente de la superstición irlandesa de que el sonido de las campanas asusta a los espíritus malignos y garantiza la felicidad de los recién casados.

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El padrino -

Originalmente, el deber del padrino era evitar que la novia huyese. A veces, incluso se le pedía que la secuestrase. Menos mal que hoy en día ya no es así...

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El velo -

El velo de la novia se remonta a la Antigüedad y tenía un doble propósito: representar la modestia y la virginidad de la novia y ocultarla de los espíritus malignos.

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Las arras -

Las arras matrimoniales son 13 monedas, 12 de oro y una de platino, que los novios se intercambian durante la ceremonia. Han tenido muchos significados a lo largo del tiempo, pero en general se las considera un símbolo de compartición de bienes dentro de la pareja y de la unión de esta.

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Los anillos de boda -

Históricamente, el anillo de la novia era un signo de propiedad. Para los romanos, griegos y judíos, los anillos servían como fianza para el padre de la novia por entregar a su hija en matrimonio.

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La tarta nupcial -

La tradición de la tarta nupcial viene de la antigua Roma, donde los invitados rompían una rebanada de pan encima de la cabeza de la novia como símbolo de fertilidad. Después, los recién casados se la comían y los invitados recogían las migas del suelo para atraer la buena suerte.

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Algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul -

Lo viejo simboliza la continuidad. Lo nuevo, el optimismo por el futuro. Lo prestado, la felicidad compartida. Y, por último, el detalle azul representa la pureza, el amor y la fidelidad.

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Lanzar confeti -

Lanzar confeti no solo es divertido, sino que se considera un gesto de buena suerte. La tradición tiene su origen en Italia y se cree que otorga prosperidad y fertilidad a los novios.

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El baile nupcial -

Antiguamente, los reyes y las reinas solían dar comienzo a las grandes celebraciones con un baile. Esta tradición ha llegado hasta nuestros días en forma de baile nupcial.

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Guardar la tarta nupcial -

En algunos países es tradición guardar el primer piso de la tarta para que la pareja pueda comerla en su primer aniversario de boda. En el pasado, también se esperaba que la novia se quedase embarazada en el transcurso de un año, por lo que de esa forma la pareja no tendría que volver a gastar dinero en una tarta para celebrar la noticia.

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Llevar a la novia en brazos -

La tradición de que el novio cruce el umbral con la novia en brazos proviene de que no se consideraba educado por parte de esta querer abandonar la casa de su padre.

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No ver a la novia hasta la ceremonia -

La creencia de que ver a la novia antes de la boda trae mala suerte viene de la época en la que se celebraban matrimonios concertados. Por aquel entonces, se creía que si los novios se veían antes del gran día, tendrían tiempo suficiente para cancelar la boda.

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Que el padre de la novia la acompañe al altar -

Antiguamente, cuando los matrimonios concertados estaban a la orden del día, las novias servían como moneda de cambio para saldar deudas o zanjar desacuerdos con las tribus vecinas, así como para mejorar el estatus del padre al entregar a su hija a una familia más adinerada.

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Lanzar arroz -

Hoy en día ya no es una práctica muy común por motivos de seguridad, pero lanzar arroz a los novios era una forma de atraer la fortuna, la prosperidad y la fertilidad.

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La lista de regalos -

El origen de las listas de regalos se remonta a 1924, concretamente a los grandes almacenes de Marshall Field's en Chicago. Se trataba de una forma de permitir a los novios escoger la plata y la porcelana para su día especial.

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Lanzar el ramo -

Lanzar el ramo tiene un origen similar al de lanzar la liga. Antiguamente, los invitados comenzaban a rasgar el vestido de la novia, por lo que esta lanzaba el ramo como distracción para huir. Hoy en día sirve como símbolo para repartir buena suerte entre las mujeres solteras.

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Las invitaciones -

En la Edad Media, las bodas solían anunciarse a voces, ya que solo los aristócratas podían permitirse enviar invitaciones por escrito. Con la llegada de la imprenta, esto se volvió mucho más accesible.

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La luna de miel -

Antiguamente, la luna de miel era una forma que el marido tenía de esconder a su mujer durante un mes para que la tribu de esta no la pudiese encontrar. Básicamente, se trataba de un secuestro.

Fuentes: (Good to Know) (Refinery 29)

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