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El Mesías nacería de una mujer -

Encontramos esta profecía en Génesis 3:15, Mateo 1:120 y Gálatas 4:4. En el último podemos leer lo siguiente: "Dios envió a su Hijo, nacido de mujer".

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El Mesías nacería en Belén -

En el Antiguo Testamento también se profetizó que Jesús nacería en Belén. En Miqueas 5:1 podemos leer lo siguiente: "Y tú, Belén Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemoriales". La ubicación también se confirma en Mateo 2:1 y en Lucas 2:4-6.

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Su madre sería una virgen -

La descripción de María como una virgen y madre de Jesús aparece en Isaías 7:14: "La virgen está encinta y da a luz un hijo". La profecía se cumple en Mateo 1:22-23 y en Lucas 1:26-31.

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Descendería del linaje de Abrahán -

Esto se menciona en el Génesis (12:3 y 22:18). En el último pasaje leemos lo siguiente: "Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz". Mateo 1:1 lo confirma en la Genealogía de Jesús. Lo mismo ocurre en Romanos 9:5.

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Sería descendiente de Isaac - En el Génesis 17:19 se menciona que los descendientes de Isaac tendrían una alianza eterna con Dios. En 21:12 también se hace referencia a esto. Lucas 3:34 confirma que Jesús es hijo "de Jacob, de Isaac, de Abrahán, de Tare, de Nacor".

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Y de Jacob -

En Números 24:17 se dice que "avanza una estrella de Jacob". En Mateo 1:2 vemos cómo la profecía se hace realidad.

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Vendría de una tribu de Judá -

"No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos", leemos en Génesis 49:10. Lucas 3:33 llama a Jesús "el hijo de Judá" y Hebreos 7:14 lo confirma.

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Sería el heredero al trono del rey David -

2 Samuel 7:12-13 e Isaías 9:7 profetizaron esto. En el último leemos que reinará "sobre el trono de David y sobre su reino". En Lucas 1:32-33 se dice que "el Señor Dios le dará el trono de David, su padre". Romanos 1:3 confirma que Jesús era descendiente del rey David.

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Pasaría una temporada en Egipto -

En Oseas 11:1 leemos lo siguiente: "Cuando Israel era joven lo amé y de Egipto llamé a mi hijo". Mateo 2:14-15 lo confirma: "José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo»". 

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En su lugar de nacimiento ocurriría una masacre -

Jeremías 31:15 prevé la masacre de los inocentes: "Esto dice el Señor: Se escucha un grito en Ramá, gemidos y un llanto amargo: Raquel, que llora a sus hijos, no quiere ser consolada, pues se ha quedado sin ellos". La profecía se confirma en Mateo 2:16-18. 

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Un mensajero anunciaría la llegada del Mesías -

En Isaías 40:3-5 se dice que "se revelará la gloria del Señor". Y así fue, tal y como se describe en Lucas 3:3-6: "Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías".

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El Mesías sería rechazado por su propia gente -

Tanto en Salmos 69:8 como Isaías 53:3 se profetizó cómo Jesús sería "despreciado y evitado de los hombres" (según reza el último). En Juan 7:5, en el Nuevo Testamento, se dice que "tampoco sus hermanos creían en él".

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Sería un profeta -

Deuteronomio 18:15 reza lo siguiente: "El Señor, tu Dios, te suscitará de entre los tuyos, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharéis". La profecía se confirma en Hechos 3:20-22.

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Sería declarado el Hijo de Dios -

Salmos 2:7 reza lo siguiente: "Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho: «Tú eres mi hijo: yo te he engendrado hoy»". Después, en Mateo 3:16-17, tras el bautismo de Jesús, Dios dice "este es mi Hijo amado, en quien me complazco".

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Traería la luz a Galilea -

"El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló", reza Isaías 9:1-2. La profecía se confirma en Mateo 4:13-16.

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El Mesías hablaría en parábolas -

Tanto Isaías 6:9-10 como Salmos 78:2-4 mencionan esta profecía, que más tarde se confirma en Mateo 13:34-35. Jesús explica por qué habla en parábolas en Mateo 13:10-15.

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Sería enviado para ayudar a los afligidos -

"El Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados, proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad; para proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza de nuestro Dios, para consolar a los afligidos", leemos en Isaías 61:1-2. Esto se confirma en Lucas 4:18-19 

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Sería un sacerdote a la manera de Melquisedec -

Si bien "tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote" (Hebreos 5:5-6), el mensaje de Dios se recoge claramente en Salmos 110:4: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec".

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Sería traicionado -

Salmos 41:10 reza lo siguiente: "Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba, que compartía mi pan, es el primero en traicionarme". Este tema también se aborda en Zacarías 11:12-14. Tanto Lucas 22:47-48 como Mateo 26:14-16 describen la traición de Jesús.

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Sería falsamente acusado -

"Se presentaban testigos violentos: me acusaban de cosas que ni sabía", leemos en Salmos 35:11. En Marcos 14:57-58 también descubrimos que "algunos, poniéndose de pie, daban falso testimonio contra él".

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Le escupirían y golpearían -

En Isaías 50:6 leemos lo siguiente: "Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos". Mateo 26:67 lo confirma: "Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon".

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Sería odiado sin motivo -

Salmos 35:19 y 69:5 lo confirman. En el último se dice lo siguiente: "Más que los pelos de mi cabeza son los que me odian sin razón". Juan 15:24-25 describe el cumplimiento de la profecía en detalle.

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Sería crucificado con criminales -

Tanto en Isaías 53:12 como Mateo 27:38 se menciona esto ("crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda"). El tema vuelve a aparecer en Marcos 15:27-28.

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Le darían vinagre de beber -

"En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron vinagre" (Salmos 69:22). Mateo 27:34 y Juan 19:28-30 lo confirman: "Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu".

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Le atravesarían las manos y los pies -

"Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies" (Salmos 22:17). Zacarías 12:10 y Juan 20:25-27 también confirman el cumplimiento de esta profecía.

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Sería enterrado con los malhechores -

Isaías 53:9 menciona que a Jesús "le dieron sepultura con los malvados y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca". Mateo 27:57-60 lo confirma.

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Resucitaría de entre los muertos -

La resurrección de Jesús se menciona en Salmos 16:10 y 49:15. En el Nuevo Testamento, se confirma en Mateo 28:2-7 y Hechos 2:22-32.

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Ascendería al cielo -

La ascensión de Cristo se profetizó en Salmos 24:7-10 y se confirmó en Marcos 16:19 y Lucas 24:51. En el último se lee lo siguiente: "Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo".

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Estaría sentado a la derecha de Dios -

En Salmos 68:18 y 110:1 se menciona esta profecía. El último reza así: "Siéntate a mi derecha y haré de tus enemigos estrado de tus pies". Después en Marcos 16:19 leemos lo siguiente: "Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios". Mateo 22:44 también hace referencia a esta profecía.

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Se sacrificaría por los pecados -

Esta profecía puede leerse en Isaías 53:5-12, donde se dice que el Mesías "fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes". Romanos 5:6-8 confirma su cumplimiento: "Cristo murió por los impíos; ciertamente, apenas habrá quien muera por un justo; por una persona buena tal vez se atrevería alguien a morir; pues bien: Dios nos demostró su amor en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros".

Fuentes: (Learn Religions) (Diocese of Westminster) 

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