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Evita que tu mascota crezca con la dieta -

¿Quieres que tu perro no sea más grande que tu mano? Un manuscrito del siglo XV parece tener la solución: aliméntalo a base de pan sucio y empapado.

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Evita que tu mascota crezca con la dieta -

Todo lo que tienes que hacer es mojar el pan en agua y dárselo. Pero no cualquier agua: ¡tiene que ser con el que te lavas las manos!

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Las mascotas no son para todo el mundo -

Las mascotas no eran algo muy habitual en el medievo. Las mujeres aristocráticas, sin embargo, sí solían tener. ¡Eso incluía monos y aves exóticas!

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Las mascotas no son para todo el mundo -

Pero no eran las únicas: también estaba bien visto que los miembros del clero tuviesen mascotas. Esto se debía a que las aristócratas y los clérigos pasaban mucho tiempo recluidos, por lo que compartían espacio con los animales domésticos.

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Las mascotas te dan calor -

Un perro pequeño no solo te hace compañía, sino que también funciona como manta eléctrica o bolsa de agua. De hecho, se recomendaba apretar los animales contra el cuerpo para aliviar el dolor y el malestar.

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Dale algo de brillo a tu mascota -

Si quieres alardear de riqueza, ¿qué mejor forma de hacerlo que poniéndole un collar de oro y gemas a tu mascota?

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Descubre cuánto vale tu mascota -

Un documento medieval irlandés nos ayuda a hacernos una idea del valor que las mascotas tenían por aquel entonces. Por ejemplo, ¡un gato que hiciese varias cosas a la vez (p. ej. ronronear y cazar ratones) valía tres vacas! Pero el valor del felino bajaba hasta la vaca y media si era perezoso y no perseguía roedores.

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¿Cuántos peniques vale tu gato? -

El rey galés Hywel el Bueno tenía una particular forma de tasar a los gatos: antes de abrir los ojos, las crías valían un penique; su valor iba aumentando a medida que crecían y se volvían más hábiles. El valor de un gato podía llegar a alcanzar los cuatro peniques si empezaba a cazar.

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¿Cuánto grano vale tu mascota? -

Una ley medieval alemana valoraba tanto a las mascotas que si alguien mataba a un gato, tenía que compensar al dueño con 60 fanegas anglosajonas de grano.

El valor de los perros, sin embargo, variaba en función del estatus del dueño (p. ej. el de un noble valía mucho más que el de un plebeyo).

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Los hombres también tenían animales -

No estaban tan mimados como los del hogar, pero podían tener animales para cazar y por deporte. Desde aves de cetrería hasta perros de caza y, cómo no, caballos. Eso sí, todos fuera de casa.

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Ante la duda, dale pan -

A todo el mundo le gusta el pan, ¿cierto? O sea que era de suponer que a los animales también. A veces se les daba carne, leche e incluso gachas. Sobra decir que muchos animales domésticos tenían una dieta más equilibrada que la de algunas personas de la época.

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Cómo hacer que los perros dejen de ladrar -

Según la colección de creencias populares medievales The Distaff Gospels, todo lo que tienes que hacer es darles un poco de queso fundido.

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Cómo hacer que los perros dejen de ladrar -

¡Y eso no es todo! También necesitas decir la frase "in camo et freno, et cetera" mientras lo haces. Básicamente, es una abreviatura en latín del salmo de la Biblia que dice que hay que domar a los animales "con freno y brida; si no, no puedes acercarte".

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Mantén a tu perro lejos del comedor -

El protocolo del siglo XV decía que los perros no podían estar en el comedor, ¡así que nada de darles comida por debajo de la mesa!

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La hora de comida de los perros varía en función de la estación del año -

Durante el invierno, los perros tienen que comer por la tarde para estar en forma y tener energía para cazar al día siguiente. En primavera y verano, hay que darles pequeñas porciones en varios momentos del día.

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Darle demasiada comida a tu mascota es inmoral -

Una mascota con sobrepeso es el reflejo de la avaricia de sus dueños, que al parecer se preocupan más por los animales que por los pobres. Por lo tanto, estaba mal visto darles de comer demasiado.

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Las reglas de las caricias -

Acariciar a un perro en la Europa del siglo XV no era algo muy habitual. De hecho, había quienes creían que hacerlo podía afectar a su capacidad de rastreo.

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Las reglas de las caricias -

En los países islámicos era justo al contrario: acariciar y acicalar a los perros era algo que estaba muy bien visto y que se hacía con frecuencia.

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Ponerle un mote cariñoso a tu perro -

Durante el entrenamiento, los cazadores tenían la costumbre de referirse a sus perros como "hermanos" o "amigos". ¿Quién dijo que el refuerzo positivo no existía de aquella?

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Está bien visto que a los hombres les gusten los gatos -

Bueno, más o menos. Los hombres no podían tener gatos, pero sí apreciarlos. "Los jóvenes no deben despreciar a los gatos, ya que son una gran fuente de felicidad y pueden ayudarles a la hora de cortejar a las damas", se dice en The Distaff Gospels.

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Consejos veterinarios de lo más dudosos -

Si un perro tiene lombrices, una forma de tratarlo es echarle jugo de tanaceto en la herida infectada. Si tiene una pata inflamada, aplícale una compresa de agua y malvavisco molido. La rabia incluso puede curarse dándole de beber de una trébede...

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La cura para la mordedura de un mono -

Por aquel entonces no era raro tener monos como mascotas, ¡por lo que tampoco era de extrañar que alguno mordiese! Pero no temas, si te ocurre, todo lo que tienes que hacer es mezclar sal, cebolla y miel y echártelo en la herida.

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Si un gato te araña, la culpa es tuya -

Según el manuscrito legal irlandés Catṡlechta, los gatos no son responsables de herir a quien se interponga en su camino a la hora de cazar un ratón u otro roedor.

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Cómo evitar que los gatos se escapen -

El secreto está en "darles tres vueltas alrededor del gancho de la olla y frotar sus patas contra la pared de la chimenea". ¡Seguro que el tuyo no se vuelve a escapar de casa!

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Cómo evitar que los gatos roben -

¿Tu gato es un ladrón de lo más astuto? Para que se replantee su actitud, tan solo tienes que "frotarle el hocico tres veces contra lo que ha roto". ¡La próxima vez se lo pensará seguro!

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Los perros pueden salvar las relaciones -

¿Quieres que tu marido se centre en la familia? Entonces ponle algo de pis de perro en la cerveza o la sopa. ¡Listo!

Fuentes: (Mental Floss)

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