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En todas partes - Sobra decir que la tecnología ha pasado a estar presente en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida.

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La tecnología y la pandemia -

De hecho, la pandemia de la COVID-19 puso en evidencia lo mucho que hemos pasado a depender de ella y del importante papel que juega a nivel social.

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Mantener el contacto - En lugar de pasar la cuarentena completamente aislados, las videollamadas y las redes sociales nos permitieron estar en contacto con nuestros seres queridos.

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Y la seguridad -

En lugar de ir al supermercado en persona y arriesgarnos a propagar el virus, muchos hicimos pedidos a través de internet y esperamos a que nos los trajeran a casa.

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Un efecto evidente -

Por todo esto y mucho más, resulta imposible ignorar el efecto de la tecnología (sobre todo de las redes sociales) en nuestra vida y en la forma que tenemos de relacionarnos con las otras personas.

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Negatividad - Sin embargo, parece que cada vez hay más personas que creen que las redes sociales solo afectan negativamente a las amistades y que estas incluso se encuentran en declive.

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Crítica social -

A menudo oímos a las personas quejarse de que los niños ya no hablan entre ellos y de que se pasan todo el tiempo pegados a las pantallas.

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Egocentrismo -

También oímos que la cultura de los selfis nos ha enseñado a dejarnos llevar por nuestro lado narcisista y a preocuparnos más por las apariencias que por establecer conexiones significativas con los demás.

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Nada nuevo -

No obstante, esta preocupación por el efecto de la tecnología en la amistad siempre ha formado parte de la humanidad. De hecho, hay pruebas de que se remonta incluso a la época de Sócrates.

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Miedo a las cartas -

Las fuentes apuntan a que hace más de 2000 años, Sócrates expresó su preocupación por el efecto que escribir cartas podría tener en la amistad, ya que él consideraba que no había nada como hablar cara a cara con alguien.

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Miedo a los teléfonos -

Asimismo, a principios del siglo XX muchas personas tuvieron miedo de que los teléfonos fuesen a diluir las amistades o a fomentar las relaciones sociales dañinas.

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La realidad -

Como ya te habrás imaginado, ambos eran miedos infundados. De hecho, tanto las cartas como los teléfonos nos ayudan a mantener el contacto con quienes están lejos.

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La ironía -

Ahora lo que nos asusta es que estas vías de comunicación acaben desapareciendo por la gran influencia de la tecnología actual y las redes sociales.

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Ahondando en el asunto - Así pues, ¿cuáles son los argumentos que defienden que la tecnología del siglo XXI está acabando con las amistades? ¿De verdad tienen fundamento?

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Cámaras de eco -

Uno de los argumentos más esgrimidos por los detractores de las redes sociales es que estas promueven las cámaras de eco, es decir, los grupos en los que nos clasificamos en función de nuestras ideas e intereses comunes.

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Por qué dan tanto miedo -

Algunos consideran que son peligrosas, ya que existe la creencia de que relacionarnos únicamente con personas afines a nosotros limita nuestra capacidad de pensamiento.

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Nada nuevo (otra vez) -

Esto podría ser verdad, pero la filósofa Rebecca Roache cree que las cámaras de eco no son nada nuevo. Desde que el mundo es mundo nos hemos relacionado con personas que comparten nuestras ideas y valores.

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Siendo realistas -

Antes de que las redes sociales existiesen, la gente tampoco se relacionaba con personas de todo tipo (a pesar de que habría sido lo sano y deseable).

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Beneficios -

El hecho de que las redes sociales nos acerquen a personas con nuestros mismos intereses y experiencias tiene sus beneficios.

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Un lugar de confort -

Las redes sociales nos permiten llegar a un mayor grupo de personas y encontrar apoyo y solidaridad.

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La definición de amistad -

Hay quienes también creen que las grandes amistades no se basan solo en compartir ideas y experiencias.

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Trascendencia - Incluso hay quienes piensan que las amistades de verdad trascienden estos aspectos.

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Incondicional -

Puede que sea cierto. Probablemente la mayoría podemos pensar en alguien a quien queremos y admiramos a pesar de tener opiniones e intereses diferentes a los nuestros.

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La realidad - Esto no significa, sin embargo, que no debamos buscar amistades en base a los intereses mutuos.

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Calidad vs. cantidad -

Por último, hay quienes creen que las redes sociales nos hacen apreciar más la cantidad que la calidad en lo que a las amistades se refiere, lo que devalúa las conexiones que establecemos con los demás.

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Amigos de internet - Cierto es que hay personas que tienen miles o millones de "amigos" en redes sociales.

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Capacidad limitada -

Sin embargo, sigue siendo tema de debate si esto de verdad implica que tenemos menos relaciones sociales significativas en nuestra vida. Es probable que nuestra capacidad para hacer buenos amigos esté limitada de base.

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La cifra de Dunbar - El antropólogo Robin Dunbar ha estudiados grupos sociales de diferentes siglos y ha descubierto que solo somos capaces de tener un máximo de 150 conexiones estables.

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La razón real -

Según la investigación de Dunbar, esta cifra viene determinada por la capacidad cognitiva, lo que implica que las redes sociales influyen mucho menos de lo que creemos.

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En resumen -

Parece ser que aunque nuestra forma de relacionarnos por redes sea diferente, sigue habiendo muchos paralelismos con las amistades de antaño.

Fuentes: (BBC)

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