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Leen mucho -

Comenzamos por el aspecto más obvio: las personas inteligentes aman perderse en las páginas de un buen libro. Se ha demostrado que leer nos hace más inteligentes.

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Son modestos -

El efecto Dunning-Kruger quedó demostrado al descubrirse que los estudiantes más competentes subestimaron su potencial porque creyeron que sus tareas eran demasiado fáciles. Por otra parte, los estudiantes menos competentes sobrestimaron en gran medida sus capacidades.

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Dicen muchas palabrotas - Son muchos los que piensan que las personas que dicen muchas palabrotas poseen un vocabulario limitado. Sin embargo, los estudios han demostrado que las palabrotas pueden, de hecho, demostrar un uso más inteligente del lenguaje: el orador las usará para maximizar la efectividad de su mensaje.

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Son empáticos -

Los expertos consideraron durante mucho tiempo que el coeficiente intelectual y la inteligencia emocional eran dos elementos contrapuestos. Por eso existe el estereotipo de que las personas inteligentes carecen de habilidades sociales.

¡Pero nada más alejado de la realidad! Los estudios más recientes han demostrado que las personas con un alto coeficiente intelectual también demuestran altos niveles de empatía.

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Son empáticos -

Las personas realmente inteligentes son muy buenas a la hora de estar en sintonía con las necesidades y los sentimientos de los demás. Por lo general, ellas siempre están muy interesadas en aprender más sobre las otras personas.

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Tienen autocontrol - Diversos estudios han demostrado que las personas con un coeficiente intelectual más alto pueden frenar mejor sus impulsos gracias a su sentido de la planificación, de los objetivos y de la previsión.

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Tienen autocontrol -

La revista Psychological Science publicó los resultados de un experimento en el que se ofrecieron dos opciones diferentes a un grupo de personas: ellos podían optar por un premio más pequeño pero inmediato o por un premio mayor pero entregado más adelante. Los participantes con el CI más alto optaron por esperar, demostrando una mayor planificación.

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Sienten mucha curiosidad -

Demostrar una curiosidad insaciable es señal de que posees un coeficiente intelectual alto. Al fin y al cabo, se trata de una prueba de que sientes pasión por el aprendizaje.

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Disfrutan del placer de estar solos - Un estudio de 2016 publicado en el British Journal of Psychology sugiere que las personas más inteligentes tienden a obtener menos satisfacción que los demás a la hora de socializar. Estas personas, sin duda, saborean su soledad.

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Piensan más allá -

La sociedad ha llegado a considerar arrogantes o extrañas a muchas personalidades inteligentes que han roto alguna regla o tradición para conseguir su propósito... ¡Pero así es como encuentran las mejores soluciones!

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Son desordenados -

Solíamos pensar que un escritorio desordenado es sinónimo de una mente desordenada pero algunos estudios recientes sugieren lo contrario.

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Son desordenados -

La Universidad de Groningen (Países Bajos) descubrió, gracias a un proyecto de investigación en 2012, que las personas suelen prosperar más en un entorno desordenado. Al fin y al cabo, esa desorganización obliga al cerebro a concentrarnos aún más.

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Son observadores -

Según los psicólogos, la diferencia radica en cómo procesan la información las personas inteligentes, dedicándole más tiempo a lo que observan que a lo que dicen o hacen.

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Son creativos -

Solemos pensar que la inteligencia y la creatividad están separadas porque están controladas por lados opuestos del cerebro. Sin embargo, las personas con un alto coeficiente intelectual usan ambas cualidades al unísono para lograr sus objetivos.

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Son creativos -

Albert Einstein dijo que la imaginación es más importante que el conocimiento, "porque  el conocimiento es limitado mientras que la imaginación abarca al mundo entero, estimulando el progreso, dando origen a la evolución".

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Criaturas nocturnas -

Irnos a la cama tarde y despertarnos tarde suele ser considerado la antítesis del éxito. No obstante, algunos psicólogos sugieren que las personas más inteligentes pueden manejar a su antojo el reloj biológico para alcanzar sus objetivos personales.

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Conocen sus propios límites -

Podrías pensar que las personas más inteligentes dicen "no sé" con menos regularidad, pero eso no es cierto. Muchas fuentes indican que los intelectuales saben muy bien dónde se encuentran sus límites de conocimiento.

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Conocen sus propios límites -

¡Y no tienen miedo de admitirlo! Este fenómeno está relacionado con la curiosidad: admitir que no sabes algo se vuelve más fácil cuando quieres aprender.

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Tienen una mentalidad abierta - Con respecto a las opiniones, se dice que aquellos con un coeficiente intelectual más alto son más receptivos a las nuevas ideas. Eso sí, no las aceptarán hasta que no las hayan comprobado por sí mismos.

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Tienen una mentalidad abierta -

La gente inteligente solo acepta una nueva idea tras haber escuchado muchas opiniones diferentes al respecto.

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Confían en su propio juicio -

Sin embargo, las personas inteligentes no suelen cambiar de opinión una vez hayan formulado su propia opinión.

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Les gustan los gatos -

Aquellas personas a las que les encantan los perros tienen más probabilidades de ser activas y sociales. Por otra parte, algunos psicólogos sugieren que las personas que prefieren los gatos suelen tener un coeficiente intelectual más alto, además de ser más introvertidas y sensibles.

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Son divertidos -

En 2011, varios investigadores de la Universidad de Nuevo México descubrieron que los escritores de comedia tenían una gran inteligencia verbal. Un nuevo estudio llegó a la misma conclusión con los comediantes.

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Les encanta el humor negro - Curiosamente, un estudio de 2017 demostró que las personas que obtienen mejores puntuaciones en las pruebas de inteligencia verbal y no verbal tienen más probabilidades de disfrutar y comprender el humor negro.

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Son generosos -

Algunos psicólogos sugieren que las personas con un coeficiente intelectual más alto son más generosas porque suelen tener más recursos. Además, tienden a preocuparse más por el bien público y los beneficios comunes.

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A veces hablan con ellos mismos -

Al contrario de lo que se piense, hablar con uno mismo no es una señal de locura, sino de inteligencia: se trata de una técnica muy útil para mejorar la memoria.

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Sienten ansiedad -

Desafortunadamente, las personas inteligentes suelen poseer unos mayores niveles de ansiedad, sobre todo a la hora de lidiar con las diversas situaciones sociales.

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Fueron el primer hijo/la primera hija -

Se trata tan solo de una teoría: un estudio del Instituto Nacional de Salud Ocupacional de Noruega sugiere que los hermanos mayores suelen ser los más inteligentes. ¡No por sus genes, sino por cómo se crían!

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Saben adaptarse -

Algunas investigaciones psicológicas recientes sugieren que la inteligencia debería definirse de esta nueva forma: es la capacidad de poder cambiar nuestros propios comportamientos para enfrentarnos a nuestro entorno de una forma más efectiva.

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