Todos los productos que poseemos fueron, en algún momento, tan solo una simple idea. A alguien se le ocurrió, lo convirtió en un negocio y le sacó beneficio.
Muchas ideas comerciales, al principio, parecen absurdas y la gente se muestra escéptica al respecto; pero el que ríe último, ríe mejor, y este suele ser el empresario.
No todas las ideas funcionan, pero algunas sí, a pesar de que nadie creyese en ellas cuando surgieron. Imaginemos que alguien nos dice que se va a hacer rico/a vendiendo piedras como mascotas. Soltaríamos una carcajada y pensaríamos que es un chiste malo. Pues un hombre no estuvo de acuerdo y demostró que el mundo se equivocaba.
Muchas ocurrencias que parecían absurdas se convirtieron en negocios multimillonarios. Un puñado de personas comenzaron a amasar su fortuna gracias a ideas sencillas (pero geniales). ¿Sientes curiosidad por saber cómo consiguieron todo su lujo? Solo tienes que hacer clic en la galería.