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Lácteos dudosos -

Los vegetarianos suelen aumentar su ingesta de lácteos y yogur. Sin embargo, no todos los yogures son iguales. Algunos son ricos en azúcar, así que es mejor escoger uno rico en nutrientes.

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Obsesionarse con las proteínas -

Sí, las proteínas son importantes para crecer y recuperarse, pero la mayor parte de los vegetarianos suelen excederse al principio y exceder la ingesta diaria recomendada.

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Entre horas, tomar solo fruta -

Christy Brissette, presidente de 80 Twenty Nutrition, explicó que si entre horas tomamos solo fruta, acabamos hambrientos.

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No tener suficiente variedad -

La mayor parte de las plantas no contienen todos los aminoácidos que necesitamos, así que es importante variar, explica Lily Chen, fundador de MARCOS, una empresa de consultoría y nutrición global.

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Carne falsa -

Este tipo de productos suelen llevar demasiada sal y conservantes y pueden acabar haciendo más daño que bien a nuestros cuerpos.

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Vegetariano no es sinónimo de saludable -

Muchas personas asumen que, como han dejado de consumir grasas animales, van a estar saludables automáticamente y que pueden comer lo que quieran. Obviamente, esto no es cierto, pero suele caerse en este error.

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Convertir las ensaladas en bombas de calorías -

Si aliñas el atún con mayonesa o la lechuga con aceite de girasol, no estarás comiendo saludable.

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No te pases con las mezclas de frutos secos -

A menos que estés haciendo senderismo y gastando muchas calorías, un puñado de frutos secos es suficiente. Intenta escoger una mezcla sin dulces ni fruta disecada.

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No tomar suficiente vitamina B-12 -

Los vegetarianos deben asegurarse de que consumen vitamina B12 cuando dejan de comer carne roja. Un vaso de leche y un huevo te darán dos tercios de la cantidad diaria recomendada.

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Comer más espinacas que col rizada -

El cuerpo necesita calcio y es difícil absorberlo de hojas verdes. El cuerpo absorbe un 5 % del calcio de las espinacas y un 50 % de la col rizada. Moraleja: come más col rizada.

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Pasar por alto otras fuentes de calcio -

Si los productos lácteos están fuera de la ecuación, es fácil pasar por alto otras fantásticas fuentes de calcio, como habas blancas, almendras, tahini, higos y naranjas.

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Caer en la trampa de los zumos -

Beber zumo de vez en cuando está bien, pero en general están repletos de azúcar. Los tés son una alternativa más sana.

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Licuar las comidas -

Puede ser una buena forma de ingerir nutrientes, pero no sirve para sustituir las verduras y las frutas enteras porque al licuarlas reducimos la cantidad de fibra.

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Confundir la quinoa con un alimento rico en proteínas -

Las lentejas tienen el doble de proteína que la quinoa. El trigo y el arroz integral también tienen más proteínas.

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Depender de la leche de almendra para ingerir proteínas -

En el proceso de fabricación de la leche de almendra se pierde mucha fibra y proteína. Sin embargo, está reforzada con calcio y vitamina D.

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Plan -

Ok, no es necesario planificar y preparar todas las comidas con anterioridad, pero es importante pensar qué harás y tener a mano los ingredientes.

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Leer las etiquetas -

Cuando decides ser vegetariano, debes considerarte un estudiante de nutrición. Hay muchos productos confusos. A los profesionales del marketing les encanta hacer creer que todos los productos etiquetados como vegetarianos son saludables.

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Comer demasiados carbohidratos -

Existe el riesgo de intentar suplir la falta de proteína animal ingiriendo demasiados carbohidratos.

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No acudir a una nutricionista -

Todos tenemos un cuerpo diferente y, por lo tanto, necesidades diferentes. Siempre es buena idea hablar con un profesional. No hay nada que perder.

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Ignorar suplementos -

Los beneficios de tomar suplementos son innumerables, tanto para los vegetarianos como para los que no lo son. No es hacer trampa.

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Sustituir la carne con queso -

El queso no puede considerarse un sustituto de la carne. Es rico en proteínas, pero no nos da la variedad de nutrientes que nos aporta la carne. También es muy rico en grasas.

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Comer pocas calorías -

En general, las dietas veganas son bajas en carbohidratos, así que intenta comer suficientes galerías.

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No beber suficiente agua -

Los vegetarianos suelen consumir más fibra, así que es importante consumir un poco más de agua para ayudar a la digestión. Así evitarás los gases y el estreñimiento. 

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No consumir suficiente vitamina C ni hierro -

El hierro de las verduras es más difícil de absorber que el de la carne. Las verduras ricas en hierro combinadas con otros alimentos ricos en vitamina C ayudarán a mejorar la absorción.

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No aprender -

Si estabas acostumbrado a cenar un trozo de carne, una porción de verduras y una porción de carbohidratos y ahora quieres ser vegano, tienes que aprender.

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No considerar qué es sostenible -

Aunque cause un impacto positivo en el medio, a menudo nos olvidamos de comprometernos a comer alimentos sostenibles a diario.

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No saber cómo hacer alternativas deliciosas -

Intenta experimentar con nuevas especias, nuevas salsas y aliños. Hay infinitas formas de preparar alternativas a la carne, como el tofu. Descubre qué texturas y sabores te gustan y aprende a prepararlas.

Fuentes: (Eat This, Not That) (Healthline)

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