Estos propósitos son asumibles, divertidos y buenos para ti
Si sospechas que podrías tener dismorfia monetaria, hay ciertas señales de alerta que puedes intentar identificar.
También es habitual que se obsesionen con los pequeños gastos o que se sientan completamente paralizadas a la hora de tomar decisiones financieras.
La dismorfia monetaria puede, en algunos casos, hacer que las personas dejen de gastar dinero incluso en productos de primera necesidad.
Otra tendencia habitual es compararse constantemente con los demás, lo que a menudo hace que las personas que la padecen se sientan inferiores.
También pueden evitar mantener conversaciones que giren en torno al dinero o sentirse culpables si compran algo, aunque sea un gasto necesario.
Lo más importante, sin embargo, es la cultura de la comparación que se ha ido desarrollando gracias a las redes sociales. La gente se pasa los días comparándose con los demás, lo que hace que se sienta mal consigo misma.
En lo que a las personas a las que afecta se refiere, está claro que las generaciones jóvenes la sufren más que las mayores.
La explicación más obvia es que esta generación pasa más tiempo en las redes sociales que todas sus precursoras.
La gente joven también hace frente a una combinación singular de presiones económicas entre las que se incluyen los préstamos estudiantiles, la incertidumbre laboral y el alto coste de la vivienda.
Aunque pueda no parecer demasiado grave, la dismorfia monetaria puede tener un efecto muy serio tanto en la salud mental como en la economía personal.
También puede generar mucho estrés, ya que preocuparse constantemente por el dinero cuando no hay motivo para ello puede mermar el bienestar de las personas.
Además del lastre que supone para la salud mental, la dismorfia monetaria también puede acarrear problemas financieros, ya que puede llevar a la persona a gastar impulsivamente.
Por suerte, si sientes que padeces dismorfia monetaria, hay ciertas cosas que puedes hacer para librarte de ella.
En primer lugar, intenta cambiar la percepción que tienes sobre el dinero. Piensa en él como una herramienta que te ayudará a liberarte de tus constantes expectativas y comparaciones.
También te puede ser de utilidad empezar a cuestionarte tus creencias en torno al dinero. Por ejemplo, si siempre te dices a ti mismo que no sabes cómo gestionar tus finanzas, pregúntate de dónde viene esa idea y si es verdad o no.
Ten cuidado con cómo interpretas lo que ves en redes sociales. La aplastante mayoría de lo que la gente comparte en TikTok e Instagram no refleja del todo su realidad.
Por ejemplo, si tu mejor amigo comparte una publicación sobre su auto nuevo o sus últimas vacaciones, probablemente no hablará de cuánto dinero se ha dejado en cada cosa.
También es buena idea que dediques tiempo a analizar tu realidad financiera. Cíñete a los hechos para reducir la ansiedad que te genera la incertidumbre.
Por último, practicar la gratitud es una gran forma de combatir la dismorfia monetaria. En lugar de centrarte en los defectos, piensa en todo lo que has logrado hasta la fecha.
Fuentes: (Verywell Mind)
No te pierdas: Lo haces todos los días y está acabando con tu salud mental: ¿qué es?
El efecto de la dismorfia monetaria en tu salud mental y financiera
¿Tienes una percepción errónea de tu situación económica?
ESTILO DE VIDA Economía
¿Estás constantemente preocupado por el dinero a pesar de tener suficiente? ¿No te sientes bien porque estás siempre comparando tu situación financiera con la de los demás? Si este es tu caso, puede que padezcas dismorfia monetaria. Aunque no se trata de un trastorno mental como tal, sí es un término que se utiliza para describir la visión distorsionada y potencialmente dañina que una persona puede tener de su situación financiera. Si tienes curiosidad por saber más al respecto, ¡haz clic para seguir leyendo!