Aprende a ayudar en vez de a empeorar la situación
Los humanos no son los únicos animales con glándulas sudoríparas. Las vacas, los caballos, los monos y los simios en general también sudan.
El sudor se compone en su mayoría de agua con un cierto porcentaje de potasio, sal y otros minerales. A medida que se evapora de la piel, el calor se disipa y la temperatura corporal disminuye.
El sudor se genera en glándulas sudoríparas activadas por el hipotálamo, el área del cerebro que controla ciertos procesos biológicos clave como el ritmo cardíaco, la tensión arterial y la temperatura corporal.
Los animales que no sudan tienen que encontrar otras formas de refrescarse. Los cerdos, los hipopótamos, los osos y los búfalos se revuelcan en el barro para soportar el calor.
Al igual que ocurre con el sudor, revolcarse en el barro les permite enfriarse mediante la evaporación.
A medida que el agua del barro se evapora de su piel, reduce la sensación de calor y la temperatura corporal.
Las enormes orejas de las liebres contienen una red de vasos sanguíneos que les permite regular su temperatura corporal cuando lo necesitan.
Si la temperatura exterior es superior a la interna, los vasos sanguíneos se dilatan, lo que aumenta la relación superficie-volumen y favorece la pérdida de calor.
Los elefantes también utilizan las orejas para regular su temperatura corporal, agitándolas como si fuesen abanicos para enfriar la sangre que fluye a través de los vasos sanguíneos.
Como todos sabemos, nuestro aliento es caliente. Cuando los animales necesitan refrescarse, intentan expulsar su aliento caliente lo más rápido posible.
Jadear consiste en expulsar el aire caliente e inhalar el aire frío rápidamente. Cuando este entra en contacto con el revestimiento húmedo de la garganta y los pulmones, ayuda a que la temperatura corporal del animal disminuya.
Todos hemos visto a los perros hacerlo, ¡pero puede que te sorprenda saber que los pájaros también lo hacen!
Varias especies de cigüeñas y buitres defecan sobre sus propias patas para refrescarse.
Dado que las heces de las aves son prácticamente líquidas, les ayudan a refrescarse de la misma forma que el sudor, es decir, mediante la evaporación.
A medida que las heces se secan, el calor se disipa y la temperatura corporal baja.
La estivación es el "sueño" en el que algunos animales se sumen cuando las temperaturas aumentan. Básicamente, es lo contrario a la hibernación. Esta técnica les ayuda a sobrevivir ralentizando su metabolismo, lo que significa que no necesitan comer tanto durante los meses de calor.
Algunos animales, al igual que ciertas especies de caracoles, estivan y se esconden en su caparazón para evitar secarse.
Otros animales como el pez pulmonado estivan subterráneamente, escondiéndose en el barro cerca del agua donde duermen hasta la siguiente temporada de lluvias.
Como criaturas de sangre caliente sin glándulas sudoríparas, algunos pájaros recurren a la vibración de los huesos y los músculos de la garganta para refrescarse.
Esta técnica les ayuda a lidiar con el calor aumentando la evaporación a través de las membranas de la garganta.
Cuanto más vibran, más se exponen las membranas húmedas de la garganta al aire, favoreciendo la evaporación. Los pelícanos, las garzas, las palomas, los búhos, las codornices y los cordeilinos son algunos de los pájaros que recurren a este método.
Muchos animales buscan refugio durante las horas de más calor. Los reptiles controlan su temperatura corporal mediante el entorno, por lo que si una zona es demasiado caliente o soleada, simplemente se mueven a otra que esté a la sombra o que sea más fresquita.
Los felinos, desde los salvajes hasta los domésticos, buscan sombra siempre que quieren refrescarse.
Las tortugas se adentran en aguas más frías y profundas cuando el calor aprieta. Los peces de agua dulce también nadan a mayor profundidad para refrescarse.
Casi todos los mamíferos mudan el pelo de una manera u otra para lidiar con el calor, ya que es su forma de prepararse para el cambio de estación.
En invierno, los animales que habitan en zonas templadas desarrollan una buena mata de pelo para protegerse del frío, pero en verano empiezan a perderlo para no pasar calor.
Las hormonas presentes en su cuerpo hacen que el pelo se caiga y se reemplace por otro más corto y ligero.
¡Y luego tenemos el clásico chapuzón! Muchos animales recurren al agua para refrescarse. Los elefantes, por ejemplo, son grandes amantes de los charcos y riachuelos.
Al contrario que la mayoría de gatos, los tigres disfrutan de un buen baño para refrescarse cuando el calor aprieta. Por lo general se quedan en el agua una hora como máximo, pero solo se sumergen hasta la altura del cuello.
A algunos pajaritos también les gusta darse un buen chapuzón en el agua, por lo que no es raro verlos refrescándose en fuentes y charcos durante el verano.
Fuentes: (Smithsonian Magazine) (National Wildlife Federation)
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ESTILO DE VIDA Reino animal
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