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Los visitantes pueden ver, aún hoy en día, los espeluznantes esqueletos que permanecen dentro de las criptas que aún están abiertas.
El cementerio, que domina el valle del río Fiagdon el cual se extiende a lo largo de 17 km, contiene unas 100 criptas antiguas de piedra que datan de hace unos 500 años.
La aldea se encuentra dentro de la República de Osetia del Norte-Alania, al sur de Rusia. En el siglo VII, la región fue colonizada por los alanos nómadas, un grupo de personas de origen iraní.
Se cree que cada cripta fue designada para una familia o clan, donde todos los miembros fueron enterrados. Todavía se pueden ver varios cráneos y huesos dentro.
Se han encontrado estructuras tipo bote en algunas de las criptas e incluso se dice que se encontró un remo allí.
Nadie sabe por qué las estructuras de madera se colocaron en las criptas, ya que no existe agua navegable en los alrededores.
Además, hay pozos frente a las criptas. Las leyendas locales dicen que después de enterrar a sus seres queridos, los osetios soltarían una moneda en el pozo. Si la moneda golpeaba una piedra en el fondo, eso significaba que el alma en reposo había llegado al cielo.
Las criptas eran necesarias para poner en cuarentena a los afectados. Según los informes, los enfermos se ofrecieron voluntariamente para ser puestos en cuarentena en las estructuras tipo cabaña para evitar la propagación de la enfermedad. Se les dio comida y agua para sobrevivir.
En la parte posterior del complejo, una torre se alza para, supuestamente, vigilar a las almas en reposo.
Las criptas más altas pueden alcanzar de dos a cuatro pisos de altura.
Aunque el camino hasta allí es incómodo y relativamente inseguro, el viaje se puede hacer en automóvil.
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