From Ukraine to Gaza
La monogamia no es para todo el mundo. Dependiendo de la circunstancia, puede ser una idea estupenda o pésima. De hecho, muchas parejas se plantean la idea de estar con otras personas, pero no saben cómo expresar este deseo o cuándo sacarlo a colación (o al revés, se lanzan a la piscina sin pensar bien en las consecuencias). Ambos casos pueden arruinar una relación para siempre, por lo que es importante hacerse varias preguntas antes de tomar una decisión. Si quieres saber cuáles son, ¡sigue leyendo!
Si estás pensando en abrir la relación, no estás solo. Las búsquedas de Google al respecto han aumentado en los últimos años, pero este tema requiere mucha más reflexión.
Una relación abierta, por el contrario, suele establecerse en torno a una pareja principal que desea tener relaciones sexuales con otras personas.
Esta es una pregunta que debes hacerte en varias ocasiones. Cuando tu pareja esté con otras personas, es muy probable que tus mayores inseguridades salgan a flote. Esto es algo para lo que debes mentalizarte.
¿Quieres avivar la llama con tu pareja? ¿Crees que la poligamia es una opción sana para vosotros? ¿Solo tienes curiosidad por saber cómo es el sexo con otras personas o hay algo más? Plantéate todas estas cosas antes de sacar el tema.
Si no te sientes querido o te aburres con tu pareja actual, ¿crees que estar con otras personas va a resolver el problema? Por desgracia, este suele ser un razonamiento habitual que hace que muchas relaciones acaben fracasando.
Abrir la relación para compensar las necesidades sexuales a menudo se compara con la idea de tener un hijo para arreglar un matrimonio infeliz. No tener una buena vida sexual con tu pareja actual puede que sea un indicio de que vuestras bases son demasiado débiles como para sobrevivir al desafío de una relación abierta.
Es normal sentir algo de celos, pero para poder disfrutar del placer y la conexión con otras personas, una relación abierta debe aportar mucha más felicidad que inseguridad. Para que funcione, el amor debe ser genuino y desinteresado.
Si eres el tipo de persona a la que no le gusta tener sexo sin sentir algo más, entonces puede que lo mejor para ti sea una relación poliamorosa en lugar de una abierta. Si aun así te decides por la última opción, tienes que ser sincero contigo mismo y preguntarte si serás capaz de tener sexo con otras personas sin enamorarte.
Otra razón peliaguda que lleva a algunas personas a querer abrir la relación es su interés particular en alguien. Esto puede funcionar siempre y cuando seas sincero con tu pareja actual y reconozcas que tienes a otra persona en mente.
Las únicas relaciones abiertas que prosperan son las que son sólidas y saludables y se basan en la comunicación y el mutuo entendimiento. Si crees que no se te da bien expresar lo piensas o lo que sientes, puede que lo mejor sea no explorar esta posibilidad.
Preguntarle de sopetón a tu pareja si está dispuesta a abrir la relación puede hacer que esta se sienta dolida, por lo que es mejor que sepas cuál es su opinión al respecto antes de sacarle el tema. Ten cuidado también con cuándo se lo dices (por ejemplo, evita hacerlo después de una discusión).
Lo primero que tienes que hacer es tranquilizar a tu pareja y hacerle ver que vuestro vínculo es tu prioridad. Háblale de las cosas que más te gustan de vuestra relación para que se sienta segura y así evitar que se asuste cuando saques el tema.
Empieza hablando de forma hipotética ("¿Y si...?"). Poco a poco, ve encaminando la conversación hablando de tus curiosidades y fantasías para ir tanteando el terreno. ¡Recuerda que no tenéis por qué decidir nada en ese mismo momento!
Cuando tu pareja te pregunte por qué quieres abrir la relación, evita exponer tus razones enfocándote en la otra persona. Recuerda que si sacas el tema es para abordar tus deseos y no para culpar a la otra persona de no estar a la altura.
Una vez te veas con la madurez emocional suficiente como para tener una relación abierta y ya hayas hablando de forma cariñosa y respetuosa con tu pareja, hay una serie de preguntas que debéis haceros para ver si estáis en sintonía antes de dar el paso.
No hay nada peor que acceder a tener una relación abierta solo por complacer a la otra persona, ya que esto puede dar pie al resentimiento. Lo normal es que uno de los dos esté más receptivo que el otro, pero si no sois honestos con vuestros sentimientos, límites y necesidades, entonces es mejor que esperéis a abrir la relación.
Si uno está más receloso que el otro, puede que ser el primero en dar el paso le ayude a superar el miedo y a sentir una mayor confianza y generosidad dentro de la pareja.
Este siempre es un tema difícil de tratar, pero hay que pasar por él para garantizar que la relación no se vaya a pique. Si uno solo quiere tener más compañeros sexuales y el otro realmente busca algo más íntimo, lo más probable es que acabéis teniendo problemas.
Puede que a tu pareja le parezca atractivo que le cuentes tus aventuras, pero hay personas que prefieren no saber nada en absoluto.
Para no dejar margen a los celos y la competitividad y decidir cómo estas nuevas personas van a encajar en vuestras vidas, es importante que habléis de la frecuencia con la que planeáis estar con ellas.
Una relación abierta puede ser bastante vaga. ¿Es solo sexo? ¿Cuántas citas puedes tener con la misma persona? ¿Qué ocurre si se acaba convirtiendo en algo más serio? Lo mejor es hablar de todas estas cosas antes de que surjan los problemas.
La mayoría de parejas con una relación abierta coinciden en que quedar con conocidos está más que descartado, lo cual suele ser buena decisión. Sin embargo, podéis poner otros límites para asegurar que ambos os sentís cómodos.
Muchas también coinciden en que la casa no es el lugar adecuado para tener citas. Algunas incluso descartan sus bares y restaurantes preferidos.
Una posibilidad es que ambos tengáis vuestras respectivas citas a la vez para que uno no se quede en casa preocupado por lo que esté haciendo el otro.
Ser abiertos y honestos acerca de vuestros celos e inseguridades es una forma muy saludable de abordar la situación y os permitirá tranquilizaros cuando lo necesitéis. Por ejemplo, si crees que escuchar a tu pareja hablar de sus citas va a afectar a tu autoestima, házselo saber para que pueda demostrarte que está todo bien y que se sigue sintiendo atraída por ti.
Para empezar, siempre deberías ser honesto con tus compañeros sexuales y hacerles saber que tienes una relación abierta. En segundo lugar, nunca olvides que son personas reales con sentimientos genuinos. Para sortear este problema, muchas parejas deciden no repetir compañeros sexuales (de mutuo acuerdo, claro).
Es importante que habléis sobre si vais a ser tolerantes y analizar cada caso particular o si romper una regla ya es suficiente provocación como para acabar con la relación.
Esta es otra forma de preguntar si ambos estáis dispuestos a asumir los riesgos que conlleva abrir la relación y a no culparos si las cosas no salen como habíais pensado.
Muchos matrimonios con hijos deciden abrir la relación, pero tienen que tener mucho cuidado para no dejar que esto afecte a los niños, sobre todo si son pequeños. Esto también se aplica a los amigos y familiares. En algunos casos, puede que sea mejor avisar a los demás, pero en otros quizá no compense.
Si no tenéis amigos que estén pasando por algo similar, puede que os convenga ir a terapia de pareja para resolver cualquier problema que pueda surgir.
A veces no sabes si la idea te va a gustar hasta que la pruebas, pero también cabe la posibilidad de que a uno de los dos no os acabe de convencer. Antes de dar el paso, estableced una forma segura y consensuada de volver a cerrar la relación si sentís que esta puede peligrar.
Fuentes: (Bolde) (PureWow) (Bustle) (MindBodyGreen)
Ver también: Famosos que no creen en la monogamia
¿Quieres abrir la relación? Esto es lo que debes tener en cuenta
¿Estáis preparados para dar el paso?
LIFESTYLE Amor
La monogamia no es para todo el mundo. Dependiendo de la circunstancia, puede ser una idea estupenda o pésima. De hecho, muchas parejas se plantean la idea de estar con otras personas, pero no saben cómo expresar este deseo o cuándo sacarlo a colación (o al revés, se lanzan a la piscina sin pensar bien en las consecuencias). Ambos casos pueden arruinar una relación para siempre, por lo que es importante hacerse varias preguntas antes de tomar una decisión. Si quieres saber cuáles son, ¡sigue leyendo!